Mi Exmarido Billonario Me Persigue

107 Siéntete agradecido
Después de disfrutar de una cálida cena juntos, Bella se despidió para regresar a casa.
Ya no tenía nada más que discutir con Tristan con respecto al futuro de Dax.
Más temprano, ambos acordaron que Dax visitaría la
casa de Tristan cuatro veces a la semana. Dax solo
tiene permiso de usar su cuarto de computadoras cuando Max o un adulto estén en la habitación para acompañarlo y
supervisarlo.
También acordaron proporcionar actividades
adicionales para su hijo, como aprender música y artes marciales. Como sucesor de la Familia Sinclair, se debe entrenar a Dax
desde temprana edad para tener buen conocimiento y fuerza física.
Al principio, Bella se opuso, pero finalmente accedió después de escuchar la razón de Tristan de que todo era por el futuro de
Dax y nada más.
Bella siguió a Tristan, quien llevaba a Dax en brazos. No podía creer que su hijo se hubiera dormido justo antes de que
estuvieran a punto de irse a casa.
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Ella intenta despertarlo, pero Tristan la detiene.
-Tristan, por favor acuéstalo en el asiento trasero.

Está bien si está solo atrás -dijo Bella mientras abría la
puerta trasera.
Sin embargo, Tristan no colocó a Dax de inmediato; se giró para ver a Bella.
-¿Qué tal si te sientas en el asiento trasero y lo
sostienes? Yo te llevaré de vuelta -Bella estaba sorprendida. ¿Por qué insistía en llevarlas? Su casa estaba a menos de cinco
minutos en coche.
-Dame la llave. Y por favor, date prisa -dijo él suavemente y muy bajito, pero Bella pudo oírlo y su tono era como el de alguien
que sinceramente se preocupaba y rogaba por ofrecer confort.
Así que no tuvo más opción que darle la llave y subir coche. Después de que Tristan acomodó la cabeza de Dax en su regazo,
él inmediatamente se puso al
volante.
Condujeron en silencio mientras Bella estaba ocupada con sus pensamientos sobre lo que Tristan había dicho antes. Él
continuaría persiguiéndola, quisiera ella o no.
Co nentin coma si ana nalahran fuaran immomdas
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intercambiadas por su persistencia en seguirla a pesar de una clara advertencia de que él no estaba en sus planes de futuro.
Este Tristan Sinclair Sinvergüenza no se daría por
vencido fácilmente.
El vehículo se estacionó frente a la entrada principal de la casa unos minutos más tarde.
Tristan inmediatamente salio del auto y ayudó a llevar
a Dax.

Al mismo tiempo, aparece Noora detrás de la puerta para ayudar a Bella a llevar a Dax -Bella le había enviado un mensaje de
texto antes. Sin embargo, quedó impactada al ver a Tristan salir del coche.
Esta era la primera vez que lo veía en tantos años y, alguna manera, se sintió emocionada y nerviosa al mismo tiempo.
Caminó hacia el coche y saludó a Tristan educadamente.
-S-Señor... Ma-Maestro Tristan... -Noora inclinó ligeramente su cabeza. Nunca se atrevía a mirarlo a los
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ojos, ya que este hombre era frío con ellas cuando todavía vivían en su casa.
-Hola, ha pasado tiempo, Noora... -Tristan la saludó afectuosamente. Se sentía agradecido con esta mujer por cuidar de su
familia durante sus tiempos difíciles.
-Muchas gracias por cuidar de Bella y Dax por mí continuó-. Sabes qué, Noora? Gracias... no es suficiente para expresar mi
gratitud hacia ti...
Noora casi tropieza con sus propios pies al oír eso. Esta era la primera vez que escuchaba a Tristan Sinclair hablarle con más
de una palabra. No pudo evitar cuestionar sus ojos y oídos al ver a Tristan Sinclair siendo amable y diferente a lo que ella
conocía
de él.
No solo Noora estaba sorprendida, sino que Bella casi se ahoga con sus palabras.
-Ma-Maestro Tr-Tristan... la voz de Noora tembló

ligeramente y se sintió nerviosa ante este frío maestro hablándole-. Es mi deber cuidar de mi joven señorita y joven maestro. No
tiene que preocuparse por eso dijo, bajando la cabeza para sonreír en silencio.
Tristan simplemente sonrió y no dijo nada. Miró a
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Bella a su lado, -¿Puedes mostrarme el camino a la habitación de nuestro hijo?
Noora parpadeó varias veces al escuchar la forma gentil y amorosa en que Tristan le hablaba a Bella. Le hacía sentir como si
todavía estuvieran casados.
-¿Acaso acabo de soñar eso? -se preguntó Noora mientras se pellizcaba las mejillas. Si sentía dolor, se tragaría sus lágrimas. Y
está sintiendo dolor-. ¡Cielos! Esto es raro... ¿Por qué este hombre es completamente diferente a la última vez que lo vi?
Noora miró a Bella, curiosa por ver su expresión. Cuando vio a Bella rodando los ojos mientras caminaba adelante, no pudo
evitar reír para sí misma mientras las seguía desde atrás. Al menos su joven señorita todavía sigue en sus cabales.
-S-Señor... Yo podría llevar al joven maestro Dax arriba. Por favor, démelo a mí... -Noora dijo. Pero Tristan se negó. Continuó
caminando hacia la casa. Sintió su corazón ligeramente temblar al entrar a la
casa.
Esta casa fue un regalo que Tristan había dado a su abuelo, pero nunca supo que su abuelo se la había
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dado a Isaac Donovan. Como si Dios ya hubiera
dispuesto todo, después de tantos años, Bella y Dax vivirían aquí.

Tristan se sintió agradecido porque nunca había vendido su propia casa además de esta casa. Ahora, tenía la oportunidad de
vivir cerca de ellos.
-M-Maestro Tristan... El joven maestro Dax es
bastante pesado; se cansará subiendo–Antes de que Noora pudiera terminar sus palabras, escuchó a Bella
detenerla.
-Tía Noora, está bien. Puedes descansar... -Bella sabía que Tristan no dejaría que Noora llevara a Dax ahora.
-Sí, joven señorita -Noora se excusó.
Bella guió a Tristan hasta el dormitorio de Dax en el segundo piso. Dax ya se había limpiado antes de que regresaran de la casa
de Tristan, así que podía ir directamente a la cama.
Después de colocar a Dax en la cama, no se quedaron mucho tiempo en la habitación de Dax. Él salió de
inmediato y se excusó.
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Bella lo acompañó a la entrada.
-No hace falta que me acompañes a la salida, Bella. Vuelve adentro-sonrió mientras la miraba de pie en la
entrada.
Bella no dijo nada; solo se quedó allí mirándolo. Algo la preocupaba ahora, pero se sentía reticente a
expresarlo.