La Traición Silvia G. Rivero novela completa

Chapter Capítulo 24



Capítulo 24 

Ainhoa de repente recordó que Pol era el médico principal de su padre. Inmediatamente dijo: “Doctor Cortés, mi padre, mi padre se ha desmayado.” 

No te preocupes, ahora mismo vamos para allá.” Pol trató de calmarla. 

Media hora después, Pol salió de la sala de emergencias. Se quitó la mascarilla y miró a Ainhoa dándole detalles de la situación: “Ya está fuera de peligro, pero la situación no es muy alentadora. La última cirugía de reemplazo de válvula del corazón no fue bien cuidada y ha causado una infección. Vamos a observar unos días y veremos. Si no mejora, tendremos que hacer otra cirugía de reemplazo. Buscaré a varios especialistas para una consulta, tranquila.” 

Ainhoa, pálida, miró a Pol y dijo: “Gracias.” 

Pol sonrió ligeramente diciéndole: “Soy médico, salvar vidas y curar heridas es mi deber, no tiene nada que ver con ese desgraciado, no te preocupes.” 

Ainhoa forzó una sonrisa en lo que decía: “Lo sé, pero aun así te estoy muy agradecida.” 

Entonces Pol le sugirió: “Bueno, si quieres agradecerme, cuando tu padre esté mejor, invítamé a cenar.” 

“Está bien.” Acepto ella. 

Luego Pol recomendó: “Cuida de él, no dejes que tenga muchos altibajos emocionales, no es bueno para la estabilidad de su condición.” 

Ainhoa estaba frente a la cama de su padre, con una expresión seria. La repentina complicación de su padre la había llenado de dudas. Con voz ronca preguntó: “Amigo, ¿mi padre ha visto a alguien recientemente?” 

Iker frunció el ceño y la miró diciendo: “Cuando llegué, Irene acababa de salir de aquí. Sospecho que le contó a tu tío sobre tu aborto.” 

Ainhoa apretó los puños con fuerza, sus hermosos ojos destellaban una luz feroz. Su padre siempre la había tratado como un tesoro. 

En el mismo día, no solo descubrió que había sido traicionada por su familia para ser la amante de Enzo durante tres años, sino que también supo que había perdido un hijo. ¿Cómo podría soportar un doble golpe? ¡Irene debió haber calculado todo eso, diciéndole la verdad a su padre y luego dándole el informe falso a Enzo! ¡Quería empujarla al límite! ¡Irene García! Ainhoa repetía su nombre en silencio en su mente. 

En el Teatro Barceló. 

Ese día Irene había triunfado completamente, no solo había hecho que Enzo odiara a 

Ainhoa, sino que también había agravado la condición de s 

padre. Los negocios de la familia de la Vega también habían sido arruinados por ella. No creía que Ainhoa tuviera 

7/2 

19:58 

oportunidad de recuperarse. ¡Ese era el destino de quien le disputaba un hombrel Los olos de Irene brillaban con crueldad. Sus labios esbozaban una sonrisa desdeñosa

Justo cuando entró al baño, se encontró con Ainhoa apoyada en el lavamanos, vomitando

Chasqueó la lengua y dijo con sarcasmo: “Vaya, ya no tienes al niño y aun tienes náuseas matutinas, qué pena. Aunque vomites tus entrañas, Enzo no sentirá peña por ti, ¿quién te mandó a abortar su hijo?” 

Ainhoa había ido ese día a ver a un cliente para salvar la empresa de su padre. No esperaba que estas personas aprovecharan la ocasión para hacerle beber una y otra vez. Peor aún, al pasar por un salón privado, había escuchado accidentalmente una conversación de Enzo con otra persona. Él decía que nunca le había gustado, también dijo que ella era su canario. 

Ainhoa ya estaba agitada, y en aquel momento Irene iba a provocarla, haciendo que su emoción contenida explotara de repente. 

Miró a Irene con los ojos rojos de ira, su boca dibujaba una sonrisa feroz, le preguntó: “¿Fuiste tú quien cambió el historial médico, verdad? ¿Fuiste tú quien le contó a mi padre. sobre mi hijo perdido, cierto?” 

Irene se rio y contestó con desdén: “Sí, mi intención era que Enzo te dejara y que arruinaras a tu familia. ¿Quién te mandó a competir conmigo por un hombre? Te di la oportunidad de alejarte de él, fuiste tú la que no escuchó, así que no me culpes por no ser amable.” 

Mientras hablaba, se acercaba lentamente a Ainhoa. Sus ojos no podían ocultar su 

triunfo. 

Ainhoa mordió fuertemente sus dientes pero mantuvo una sonrisa fría en su rostro mientras decía: “Irene, ¿nadie te ha dicho que quien la hace, la paga?” 


Tip: You can use left, right, A and D keyboard keys to browse between chapters.