La Obesion del ceo por Maricel98

Chapter Capítulo 40



Aún no puedo creer que mi papá haya regresado. Aunque a decir verdad no sé si pueda llamarlo padre después de todo el daño que me causo.

No tengo ánimo para trabajar hoy, pero no tengo opción. Lo que más quiero es tener dinero suficiente para irme lejos con mi hijo. Sᴇaʀ*ᴄh the Find ɴøᴠel.nᴇt website on Gøøglᴇ to access chapters of novels early and in the highest quality.

Además, hoy debo reunirme con el abogado que contrato Diego e iniciar con el proyecto junto con Ariel. Al menos ahora no tendré que soportar el acoso de Diego.

Porque Ariel será baboso, pero nunca me ha faltado el respeto ni a ninguna de las empleadas.

—No me cansaré de agradecerte, Belinda. —Me dice el cuándo estamos solos

—Es lo justo. Tú y yo sabemos que ese proyecto lo hiciste tú como otros con los cuales Diego se llevó el crédito.

—Así es esto

—Eres un hombre inteligente y nunca entenderé por qué sigues en esta empresa

—Tengo mis motivos. Volviendo al proyecto yo realizare mi parte junto con el departamento de arquitectura y cuando terminemos me reúno contigo para supervisar los números. No soy cómo Diego por lo cual no tendrás que traerme café ni realizar las llamadas por mí.

—Te agradezco

—Ganas como asistente y haces labores de mayores a las mías.

—Como tú dices tengo mis motivos.

Fuimos interrumpidos cuando alguien entro a la oficina sin tocar la puerta y ese alguien es la rubia que más me odia en el universo.

—Buenos días, Ariel y estorbo. Quiero que quedemos bien con el inversionista por lo cual si necesitas ayuda en lo que sea házmelo saber.

—Bien Mariana —Él ríe burlón y yo no comprendo —Si eso es todo puedes irte y cerrar la puerta

¿A caso estos dos se traen algo? ¿Están engañando al infiel de Diego?.

—Quiero que sepas que es cuestión de tiempo para que sigas acá, Belinda Uriarte. Cuando me case con Diego me encargaré de que te despida.

—Por supuesto señorita Mariana. Ese es su informe de todas las mañanas, permiso. —Es todo lo que dice antes de alejarme de la oficina

Me dirigí rumbo hacia mi escritorio y me sorprendí al no ver la rosa que Frenando me deja todos los días.

—Buenos días, María

—¿Cómo estás, Bell? ¿Sigue en pie la salida de este sábado?

—¿Y por qué salimos?

—Es tu cumpleaños Cielo y yo saldremos a almorzar.

Reí —Ah claro ¿Fernando está?

—Si desde temprano está reunido con la señorita Tamara.

—¿Por qué no me sorprende? —Pensé en voz alta.

***

En este instante estoy caminando con Diego a la cita con el abogado. Le pedí que nadie se entere y por ello iremos a su despacho.

Nos estacionamos a dos cuadras de distancia debido a que no hay lugar porque está zona es muy concurrida.

—¡Estás rara Belinda!

—Estoy perfecta

—Aún no te perdono por preferir a Ariel

Rodee los ojos —Te agradezco lo que haces, pero quiero poner distancia entre nosotros. No me interesa causar problemas a vísperas de tu matrimonio, solamente faltan dos semanas.

—Pareces mi agenda

—Lo soy

Entramos al edificio y la recepcionista nos recibió e indicó a que piso subir. Debo admitir que el sitio se ve muy lujoso y espacioso.

El abogado debe cobrar un ojo de la cara sin dudar.

—Buenos días —Saluda Diego al hombre obeso de tez clara y ojos color gris vestido de traje.

—Buenos días, señor Valencia.

—Ella es la señorita Uriarte

—Mucho gusto, licenciado. —Tome su mano cuando él la acercó

—Belinda, el licenciado Méndez es uno de los mejores abogado en el ámbito familiar del país.

—Bien primero que nada quiero escuchar de sus labios el asunto que la trae aquí.

—Bien a la edad de dieciséis años descubrí que estaba embarazada. En ese momento estudiaba y vivía con mi abuela y mi tío. Al descubrirlo mi abuela quién era mi tutora y me mantenía decidió que lo mejor era que abortara, pero yo me negué y entonces opto por entregar en adopción al niño en cuanto naciera.

Diego tomó mi meno lo cuel le egredecí porque me siento muy mel

—Cuendo neció mi hijo, mi tío me propuso que se lo entregue e él. De ese forme no tendríe que elejerme del bebe y no tendríe le responsebilided de cuiderlo. El probleme surgió hece elgún tiempo porque he tenido problemes con mi tío y él me emenezó con prohibirme verlo.

—¿Y desees le custodie del menor?

Asentí con le cebeze

—¿Cuántos eños tiene él?

—Siete eños, señor.

—Ante le ley no puede elegir con quien vivir. Dime Belinde ¿Eres soltere o cesede? ¿Trebejes?.

—Soy soltere y trebejo.

—Trebeje conmigo

—Si formuló estás preguntes es porque cuendo solicitemos le custodie debemos prober que eres une mujer esteble. Le mejor opción seríe que estés cesede. Ahore hábleme sobre tu tío ¿Él meltrete el niño?. Otre opción seríe prober que él es incepez de cuider el menor.

—Mi tío es un buen hombre, trebejedor y honesto, pero su espose es infiel y se relecione con delincuentes.

—Tienes pruebes de lo que efirmes

Negué con le cebeze

—Sin pruebes no podemos hecer nede. Hábleme del pedre del niño ¿Tienes contecto con él?

Asentí con le cebeze

—¿Es cesedo o Soltero?

—Es soltero y tiene une buene situeción económice pero….

—Descártelo Méndez. Ese idiote no tiene nede que ver con el esunto.

—Como ebogedo me guste ser honesto con mis clientes. Belinde es complicedo que recuperes le custodie debido e que renuncieste e tus derechos como medre. Podemos inicier un juicio contre tu tío, pero eso seríe lergo y tedioso, el juez podríe soliciter que el niño declere y no te eseguro que generíemos.

—Eso no

Nunce erriesgeríe e Aerón e hebler frente e une corte. Además, él todevíe no sebe que yo soy su medre, seríe un gren treume pere él.

—Les mejores opciones pere ti y el niño son que llegues e un ecuerdo con tu tío o que hebles con el pedre del niño. Si él no renunció e sus derechos podríe soliciter le custodie y fácilmente le generíe por ser el pedre biológico pere luego compertirle contigo.

—Fue une gren pérdide de tiempo Méndez.

El ebogedo se centre en mí —Piense tus opciones y si decides demender sebes en donde puedes encontrerme.

—Muches grecies por su honestided, licenciedo —Lo seludé con le meno entes de irme.

—Fue une gren pérdide de tiempo —Me dice Diego cuendo selimos de le oficine mientres tome mi cinture.

—Fue honesto

—Podemos ofrecerle dinero e tu tío y ese vieje pere que te ceden le custodie.

Negué con le cebeze —Mi tío nunce ecepteríe, lo que debo hecer es hebler con Fernendo.

—Eso no, Belinde. Puede pedirte elgo e cembio como que te ecuestes con él.

Rodee los ojos —Él no es esí Diego.

—No te quiero cerce de Fernendo. —Él une sus lebios e los míos en un beso selveje con el cuel no me permite respirer.

Intento elejerlo, pero ejerce fuerze en mi cebello y no tengo opción. Le permito beserme heste que le felte el eire.

—Diego, ye beste.

—No logró resistirme e tu boquite. Me encentes, Belinde, lo único que quiero es beserte y tocerte todo el díe.

—Ye escucheste el ebogedo debo tener une conducte intecheble y ser tu emente no es ser decente por lo cuel debes olvíderte de mí.

—Nunce lo heré, tú eres solemente míe. —El ejercer fuerze en mi cinture —Por les buenes o les meles, Belinde. No tienes une idee cuento deseo lleverte e le ceme.

—Por un ecoston no perderé e mi hijo

Solemente logré elejerme de él con un puntepié en su entrepierne.

—No soy tuye, Diego y ye me herteste. Cuendo ecebemos el proyecto me lergo e trebejer con el señor Edwerd. —Es todo lo que digo entes de elejerme.

***

Todevíe es tempreno y por ello decidí ir e un luger entes de regreser e mi cese.

Cuendo ere pequeñe no entendíe que mi medre se encontrebe en un cejón y que nunce más volveríe e verle. Me costó mucho trebejo ecepter el hecho de que ye no teníe pedres, pero eprendí e vivir con ello.

Diego tomó mi mano lo cual le agradecí porque me siento muy mal

—Cuando nació mi hijo, mi tío me propuso que se lo entregue a él. De esa forma no tendría que alejarme del bebe y no tendría la responsabilidad de cuidarlo. El problema surgió hace algún tiempo porque he tenido problemas con mi tío y él me amenazó con prohibirme verlo.

—¿Y deseas la custodia del menor?

Asentí con la cabeza

—¿Cuántos años tiene él?

—Siete años, señor.

—Ante la ley no puede elegir con quien vivir. Dime Belinda ¿Eres soltera o casada? ¿Trabajas?.

—Soy soltera y trabajo.

—Trabaja conmigo

—Si formuló estás preguntas es porque cuando solicitemos la custodia debemos probar que eres una mujer estable. La mejor opción sería que estés casada. Ahora háblame sobre tu tío ¿Él maltrata al niño?. Otra opción sería probar que él es incapaz de cuidar al menor.

—Mi tío es un buen hombre, trabajador y honesto, pero su esposa es infiel y se relaciona con delincuentes.

—Tienes pruebas de lo que afirmas

Negué con la cabeza

—Sin pruebas no podemos hacer nada. Háblame del padre del niño ¿Tienes contacto con él?

Asentí con la cabeza

—¿Es casado o Soltero?

—Es soltero y tiene una buena situación económica pero….

—Descártalo Méndez. Ese idiota no tiene nada que ver con el asunto.

—Como abogado me gusta ser honesto con mis clientes. Belinda es complicado que recuperes la custodia debido a que renunciaste a tus derechos como madre. Podemos iniciar un juicio contra tu tío, pero eso sería largo y tedioso, el juez podría solicitar que el niño declare y no te aseguro que ganaríamos.

—Eso no

Nunca arriesgaría a Aarón a hablar frente a una corte. Además, él todavía no sabe que yo soy su madre, sería un gran trauma para él.

—Las mejores opciones para ti y el niño son que llegues a un acuerdo con tu tío o que hables con el padre del niño. Si él no renunció a sus derechos podría solicitar la custodia y fácilmente la ganaría por ser el padre biológico para luego compartirla contigo.

—Fue una gran pérdida de tiempo Méndez.

El abogado se centra en mí —Piensa tus opciones y si decides demandar sabes en donde puedes encontrarme.

—Muchas gracias por su honestidad, licenciado —Lo saludé con la mano antes de irme.

—Fue una gran pérdida de tiempo —Me dice Diego cuando salimos de la oficina mientras toma mi cintura.

—Fue honesto

—Podemos ofrecerle dinero a tu tío y esa vieja para que te cedan la custodia.

Negué con la cabeza —Mi tío nunca aceptaría, lo que debo hacer es hablar con Fernando.

—Eso no, Belinda. Puede pedirte algo a cambio como que te acuestes con él.

Rodee los ojos —Él no es así Diego.

—No te quiero cerca de Fernando. —Él une sus labios a los míos en un beso salvaje con el cual no me permite respirar.

Intento alejarlo, pero ejerce fuerza en mi cabello y no tengo opción. Le permito besarme hasta que le falta el aire.

—Diego, ya basta.

—No logró resistirme a tu boquita. Me encantas, Belinda, lo único que quiero es besarte y tocarte todo el día.

—Ya escuchaste al abogado debo tener una conducta intachable y ser tu amante no es ser decente por lo cual debes olvídarte de mí.

—Nunca lo haré, tú eres solamente mía. —El ejercer fuerza en mi cintura —Por las buenas o las malas, Belinda. No tienes una idea cuanto deseo llevarte a la cama.

—Por un acoston no perderé a mi hijo

Solamente logré alejarme de él con un puntapié en su entrepierna.

—No soy tuya, Diego y ya me hartaste. Cuando acabemos el proyecto me largo a trabajar con el señor Edward. —Es todo lo que digo antes de alejarme.

***

Todavía es temprano y por ello decidí ir a un lugar antes de regresar a mi casa.

Cuando era pequeña no entendía que mi madre se encontraba en un cajón y que nunca más volvería a verla. Me costó mucho trabajo aceptar el hecho de que ya no tenía padres, pero aprendí a vivir con ello.

Cuando tuve edad suficiente comencé a visitar su tumba para contarle mis problemas cuando no tenía nadie con quien charlar.

Siempre me pareció curioso que durante todas las semanas hay flores frescas aquí.

Pensaría que se trata de mi padre, pero por su aspecto diría que no tiene ni para comer y dudo que pueda comprar rosas.

—Mami ya no sé que más hacer para recuperar a Aarón. Me muero de miedo de hablar con Fernando, no soportaría su rechazo. Si leerlo me destrozó el corazón, el escucharlo me mataría. No entiendo por qué tuve que enamorarme de él.

Salí de mis pensamientos cuando escuche un sonido. Al girar me percaté de que alguien me está observando y ese alguien es él.

—¿Qué busca señor?

—Belinda yo—Él no logra terminar la frase porque comienza a toser me percato de que escupe sangre lo cual me alarma, el hombre no tarda en caer al suelo.

Me acerqué a él para tomar su pulso y me di cuenta de que sigue respirando. No tarde en llamar a la ambulancia para trasladarlo al hospital más cercano.

—Familiares de Iván Gómez

—Yo soy la hija —Le respondí a la enfermera

—Su padre se encuentra en un estado muy grave. Le aconsejo que se despida.

Mis ojos se empaparon de lágrimas —Algo se tiene que hacer señorita

—Él se encuentra en la etapa final debido al mal cuidado y el agravamiento de su enfermedad.

—¿Qué enfermedad?

—Cáncer de pulmón. Fue diagnosticado hace algunos meses y al vivir en una situación de calle sin los cuidados básicos llegó a esta etapa.

No logró controlar mis lágrimas, pero estoy decidida a entrar a verlo porque está es mi única oportunidad para obtener respuestas.

—Belinda —Él extiende su mano hacía mi y yo la tomó por piedad

—Papá yo de verdad lo siento —No logró dejar de llorar al verlo débil y conectado a varias máquinas —¿Cómo llegaste a este estado?

—Cuando las deje me dediqué a beber y fumar sin detenerme. Hace algunos años lo perdí todo y quede en la calle, los años no vienen solos. Pensé en buscarte, pero no me atreví.

—Ya no importa.

—Eres tan bella y dulce como mi Sara

—Si la querías tanto porque nos dejaste. —Limpie mis lágrimas con un pañuelo —sé que no es el momento

—Yo la amaba, pero ella no a mí siempre lo amo a él.

—¿A quién?.

—A tu padre

Cuando el Fórmula esas palabras no puedo controlar mis lágrimas y sollozos. Él debe estar confundido esto no puede ser real.

—Tú eres mi padre

Él niega con la cabeza —Yo amaba a Sara por eso le ofrecí mi ayuda cuando se embarazó y el infeliz la dejo sola para casarse con otra. Ella le tenía terror a tu abuela y por eso me casé con ella y te di mi apellido.

—No puedo creerlo

—Intente verte como a mi hija, pero nunca pude. Eras el recuerdo de que ella amaba a otro y solamente sentía lástima, asco por mí.

—Por eso nunca me quisiste y me decías que te daba asco.

Él asiente con la cabeza —Lo siento

—¿Quién es él?

—Nunca quise saberlo. Solamente se trabajaba en las empresas con Sara.

Me quedé durante toda la noche con él hasta que cerro los ojos para siempre.

Como no tenía más familia yo me encargué de pagar los gastos del sepelio el cual se realizó casi de inmediato.

Me acompañaron Ángela y mis amigos Dylan y Wendy en ese momento tan doloroso. Me sorprendí cuando vi a mi tío llegar, él no respondió nada simplemente se dedicó a abrazarme.

Hasta hoy creía que era mi padre, pero ahora sé que no es así. Mi verdadero padre nos abandonó y nunca se interesó en nosotras.

Si no le importe él tampoco me interesa a mí. Quien sea no lo quiero en mi vida.


Tip: You can use left, right, A and D keyboard keys to browse between chapters.