Chapter Capítulo 28
¿Ocurre algo? -Me pregunta Fernando mientras conduce, no me atrevo a decirle que siento que las deudas me ahogaran en cualquier momento.
-Nada que te interese – Respondí seca
-Belinda estás a punto de llorar
-No es tu asunto -Limpie mis lágrimas con las manos
Él se estacionó abruptamente en una calle solitaria y se centró en mí.
-Me dirás que ocurre o regreso a ese colegio.- Me advierte
-No quiero que te metas en mi vida. De verdad necesito ese trabajo.
-Mi madre no hará nada en tu contra, mi amor.
-Ni tú te lo crees. Me bajo acá.
Intente abrir la puerta, pero él fue más rápido y colocó el seguro en la puerta luego se acercó a mí y me acorralo llevando sus manos hacia arriba de mis hombros.
-Estuve pensando en nuestra conversación
-Te pedí que te alejes de mí y por lo visto te entro por un oído y te salió por el otro.
-Belinda sé que me equivoque contigo y nunca me cansaré de disculparme pero he cambiado. -Él lleva sus manos a mis mejillas deteniendo mis lágrimas-Te amo más que a mi vida y solo quiero recuperarte, que todo sea como antes entre nosotros.
-Eso nunca ocurrirá
-Solo dime que no me amas-Él centra su mirada en la mía
-Te odio más de lo que te amo. Tal vez cambiaste y tu arrepentimiento es sincero, pero eso no borrara todo el daño que nos causaste.
-¿Nos?
-Sí a mí y a mi familia porque tu madre se encargó de que despidieran a mi abuela y de hacerme quedar como una cualquiera frente a ella. Mi abuela me desprecia y eso nunca te lo perdonaré.
-Hablaré con ella
-No quiero que hagas nada ya te lo he dicho. No te acerques a Aarón ni a mi abuela ni a nadie de mi familia. Tal vez Diego tiene razón y lo utilizas para tenerme cerca.
-Claro que no-Espeta molesto
-No sería la primera vez que usas a las personas, sino ¿Por que tienes tanto interés en él?
-No lo sé, me enternece, me inspira cariño y deseos de protegerlo. Tal vez me recuerda a mí de pequeño, siempre busque amor, pero a diferencia de él, yo nunca lo tuve.
-No lo sé, me enternece, me inspira cariño y deseos de protegerlo. Tal vez me recuerda a mí de pequeño, siempre busque amor, pero a diferencia de él, yo nunca lo tuve.
-¡Esperas que sienta pena por ti! -Reí burlona
-No sé que hiciste con mi Belinda.
-Tú la mataste, esa Belinda idiota para la cual eras su todo ya no existe.
-¡No entiendo porqué con Diego eres tan sumisa y amable cuando él también tuvo que ver con la apuesta! A él no lo desprecias ni lo ignoras como lo haces conmigo.
-¡Estás alucinando! ¡Él es mi jefe!
-Digo la verdad.
-Crees que no me doy cuenta como te come con la mirada y el motivo por el cual no te despidió.
-¿Cuál es ese motivo? ¿Llevarme a la cama?
-Lo sabes perfectamente. Él solo quiere convertirte en su amante.
-Tal vez eso es lo que quiero. Tal vez lo amo tanto que no me importa ser la otra. Tal vez nunca logré olvidarlo porque nunca fuiste suficiente hombre para arrancarlo de mis pensamientos y mi corazón.Cuando estaba contigo pensaba en él.
El furioso une sus labios a los míos devorándolos mientras lleva sus manos a mi cabello ejerciendo fuerza.
Su lengua sigilosa logra adentrarse en mis labios iniciando una batalla con la mía.
Sin previo aviso él inclina el asiento hacia atrás presionando un botón. Se posiciona arriba mío sin dejar de besar mis labios.
Mis labios no tardan en sincronizar con los suyos siguiendo el ritmo con la misma intensidad. Mis manos se enredan en su cabello y mi corazón, ya no lo siento.
Sus labios se deslizan hacia mi cuello dejando besos efusivos allí y succionando mi piel mientras sus manos desabotonan lentamente mi blusa.
Él lleva sus labios a mi mejilla y comienza a lambiar mi rostro.
-Nunca debiste provocarme -Él desliza su playera de la cabeza para arriba permitiéndome ver su cuerpo marcado y vuelve a unir sus labios a los míos en un beso salvaje.
Me despoja de mi brasier desabrochándolo ágilmente. Debo reconocer que es un experto desnudando a las mujeres.
Deslizó sus labios hacia mi pecho derecho primero que nada lamió mi pecho luego comenzó a solucionarlo como si se tratará de una paleta mientras su mano libre amasa el izquierdo.
Mis bragas ya están completamente húmedas y puedo sentir su gran erección en mi estómago.
No pude controlar mis gemidos lo cual me avergüenza.
Él lleva sus manos hacia mi jean deslizando desde las rodillas para abajo junto con mis bragas.
-Extrañaba verte desnuda, no tienes una idea como me pones o más bien sí. Eres mía mucho antes de esa estúpida apuesta y siempre lo serás preciosa.
-¡Solo házmelo! -Me siento demasiado extasiada como si fuera un volcán a punto de hacer erupción.
La otra noche con Diego me controlé, pero ahora no logró hacerlo. Nunca he logrado resistirme a Fernando.
-No te haré mía en el asiento de un carro. Eres mi reina, mi mujer y mereces ser tratada como tal, pero te haré disfrutar.
Lleve mis manos a mis labios para callarme cuando sentí sus labios en mi zona íntima. Él deslizó su lengua lentamente recorriendo cada parte.
Cuando localizó mi clítoris comenzó a solucionarlo cuidadosamente. En ese instante sentí que mi humedad aumentaba.
-Extrañaba tu sabor.
Su voz suave y lenta, sus labios, sus caricias y todo él me encienden de una manera incontrolable. Por ello lo quería lo más lejos posible de mí porque me conozco y soy consciente de que soy débil.
Pero volví a caer en su encantó como una estúpida y sé perfectamente que terminaré destrozada.
Ya sea Fernando o Diego me destrozaran, pero con Diego no me dolería tanto porque se a que atenerme, sin embargo, con Fernando no lo sé, siempre caigo en sus mentiras.
Odio el maldito encanto de los Valencia.