La Obesion del ceo por Maricel98

Chapter Capítulo 130



No sé cómo me siento ni que haré fin respecto a la noticia que me acaban de informar.

Luego de notificarnos la Doctora nos explicó como debo seguir el embarazo y que debo realizarme controles. Ya conozco esa información porque he llevado dos embarazos.

En este instante miles de lágrimas se resbalan sobre mis mejillas mientras hundo mi cabeza en la almohada de mi cama.

No puedo evitar sentirme mal, pero no es físico sino emocional.

No me siento lista para tener otro bebé y el terror me invade al pensar que me pueda volver a ocurrir lo mismo. No soportaría soportar el dolor de perder a otro hijo.

-Bell, amor. -Él lleva su mano a mi cabello

-Ya te pedí que me dejes sola, Fernando.

-No entiendo por qué no estás feliz. -Él lleva su mano a mi estómago plano -Es la mejor noticia del universo, tendremos otro hijo.

-¡Tú nunca me entenderás! ¡Yo no quería otro bebé y no entiendo por qué esas estúpidas pastillas fallaron!.

Solamente veo enojó en su mirada lo cual es extraño en el porqué nunca me mira de esa manera.

-¡Entonces que quieres, abortar a mi hijo!.

-No, pero no me pidas que este feliz.

-¡Y tú no me pidas que no este feliz y mucho menos que considere un error a nuestro hijo!. ¡Si tú no lo quieres yo si lo amo!. ¡Incluso al bebé que esperabas con Diego lo querías! ¡De verdad no te entiendo!.

-¡Déjame sola!. ¡No quiero que menciones a mi hija!.

-¡Tal vez después de todo si estabas enamorada de ese enfermó y por eso querías a su hija! -Es todo lo que dice antes de alejarse azotando la puerta.

No puedo creer que Fernando me diga esas cosas tan horribles cuando él sabe todo el sufrimiento que me causo Diego.

Él me golpeó, abuso de mí y me tenía aterrorizada como puede pensar que yo sentía amor por él.

***

Dormí durante varias horas y me desperté hace unos minutos con intensos dolores de cabeza y náuseas.

Debido a mis malestares no se me antojó desayunar y por ello simplemente me duché y me vestí para ir a la oficina.

Hoy es sábado por lo cual mis pequeños no irán al colegio, pero no quiero verlos por algunas horas porque ellos se darían cuenta de que me siento triste y no quiero preocuparlos.

Antes de llegar a la oficina decidí ir a una farmacia para comprar algunas medicinas para mis malestares. Existen ciertos medicamentos que no puedo ingerir debido a mi estado por ello debo consultar con la farmacéutica.

Estacione a unas cuadras de la farmacia porque la ciudad está repleta de carros y no encontré otro lugar.

Me siento muy paranoica porque desde hace días siento una especie de sombra detrás de mí.

Es como si alguien me perseguirá a cualquier sitio que voy.

Ignore mi celular el cual no deja de vibrar y lo dejé en la cartera.

Caminé las cuadras necesarias para llegar a la farmacia y me percaté que una enorme fila se encuentra en el lugar, pero me siento muy mal para volver a conducir en busca de otro sitio.

Sentí unos brazos tomando mi cintura los cuales impidieron que caiga al suelo, lo cual agradezco porque me habría dado un buen golpe.

-Con cuidado -Me dice la voz la cual me parece conocida

-Dejen pasar a la señora -Solicita la farmacéutica

El hombre me ayudo a llegar a caminar rumbo hacía el inicio de la fila. No logré ver nada con precisión solamente veo el gafete de la farmacéutica quien me entrego un asiento y también puedo ver el traje del hombre.

-¿Llamamos a la ambulancia o algún familiar?

Negué con la cabeza -Solamente necesito alguna pastilla para el mareo y las náuseas qué no afecten un embarazo.

-¡Embarazo! -Escuche la voz del hombre con un tono de enojo.

-¿Eres hipertensa?

Asentí con la cabeza

-Eso es riesgoso para ti y sobre todo el bebé. Permíteme tomar tu presión.

Ella envolvió una tela en mi brazo y luego presionó el botón lo cual provocó que el aparato ejerza fuerza en mi brazo.

-Estás arriba de lo normal.

Maldita sea seguramente mi discusión con Fernando subió mi presión. Cuando esperaba a Sarita ocurrió exactamente lo mismo, definitivamente él me hace mucho daño.

La farmacéutica me entrego una medicina para bajar mi presión la cual ingeri de inmediato con agua.

Me percaté de que alguno de los clientes están molestos porque ella dejó de atender debido a que se está encargando de mí.

-¿Ya te sientes bien?

Asentí con la cabeza -Gracias

-Quédate allí sentada, tu esposo no tarda en llegar. Me tomé el atrevimiento de contestar tu celular.

-¿Y el hombre que me ayudo?

-Se fue hace unos minutos, se veía muy molesto.

-¿Estás bien? -Me pregunta Fernando cuando llega después de pocos minutos

Yo no le respondí nada y la farmacéutica le explico la situación y como debo ingerir las pastillas además de la gravedad de la presión alta en mi estado.

***

Mi plan de ir a la empresa se arruinó y por ello he tenido que quedarme durante todo el día en la cama acompañada de los niños quienes solamente saben que me duele la cabeza.

-No soy Gabriela, pero te preparé una rica sopa instantánea -Me dice el mientras se acerca

-No tengo hambre.

-Mis amores porque no van a su habitación y le hacen un dibujó a mamá.

-Les pide él a los niños y ellos se alejan. S~ᴇaʀᴄh the FɪndNøvel.ɴet website on Gøøglᴇ to access chapters of novels early and in the highest quality.

-Solamente quiero descansar porque el lunes debo estar perfecta para la Junta…

Me percató de que él se ve realmente enfadado, pero inhala y exhala durante tres segundos.

-Sé qué ayer me enojé y dije cosas que no sentía y te lastimaron.

-Lastimarme siempre ha sido tu especialidad, disfrutas hacerlo.

-¡Por supuesto que no! Yo te amo.

-No lo creo, la única enamorada siempre he sido yo. No tengo que recordarte lo que has hecho cada vez que se presenta un problema entre nosotros. ¿El nombre Tamara te dice algo?

-De verdad no quiero discutir

-Ni yo tampoco. Cuando me sienta bien me voy y asunto arreglado.

Él ríe como si hubiera contado el mejor de los chistes.

-¡No te irás a ningún lado!

-Claro que si de Megan tienes tu la custodia, pero a Aarón me lo llevo.

-No me alejarás de mis hijos, Belinda. Si no quieres al bebé cuando nazca yo me encargaré de él.

-Claro que no.

-¿No sentiste lo mismo que yo cuando escuchamos su corazón latir?

-No quiero sentir nada así cuando lo pierda el dolor será menor. -Se derraman lágrimas sobre mis mejillas y él las detiene con sus manos.

-Amor, te juro que no lo perderás.

-Tengo miedo.

Él une sus labios a los míos en un beso y yo se lo sigo con la misma lentitud.

-Yo te cuidaré y todos te cuidaremos, princesita. Ahora las cosas son diferentes, Diego está muerto y no corremos peligro.

-Algo en mí me dice que no es así. Que alguien quiere hacerme daño.

-No me importaría pegarme las 24 horas del día a ti, pero nada malo les ocurrirá ni a ti ni a mi hijo.

-¿Lo juras?

Él asiente con la cabeza antes de unir nuevamente sus labios a los míos.

-Te amo, Belinda, los amo.

-Yo te amo mucho más.

-Otra vez se están dando besos -Comenta el pequeño ojiazul con los brazos cruzados.

-Yo amo a mami por eso me gusta darle besos.

-Ya hice el dibujo para Mami -Comenta Megan mientras me enseña el dibujo

-El mío es más lindo -Agrega Aarón celoso

En el dibujo de Aarón me encuentro yo con el cabello desordenando, Fer, Megan y él. Estamos frente a un bosque y la cabeza de Fer choca contra una de las nubes.

En el dibujo de Meg estamos al lado de una casa color rosa y un jardín repleto de rosas. En el dibujo me veo yo al lado de Meg y Aarón al lado de Fer. Lo que me llama la atención del dibujo de mi pequeña es que en una punta se encuentra otro hombre.

-¿Quién es él?

-Mi papi -Responde ella sin más

-Bell y yo tenemos una noticia que darles -Comenta Fer cambiando de tema.

-Es una noticia hermosa. Aarón y Meg tendrán un hermanito o hermanita.

Me percaté de que Megan sonrió y Aarón frunce el ceño, mi pequeño es demasiado celoso.

-¿Cuánto falta? -Pregunta la pequeña emocionada

Reí -siete meses, mi vida.

-¿Qué pasa, enano? -Le pregunta Fer mientras lo carga en brazos al percatarse de que él está llorando

-No quiero otro hermanito porque ya no me van a querer.

-Mi corazón nada cambiará lo mucho que papá y yo te queremos. El corazón es muy grande y siempre hay espacio para más personas. -Deje un beso en su mejilla

-Debes pensar que tendrás un hermanito para jugar y enseñarle a jugar fútbol u otra hermanita como Meg para jugar a las muñecas.

-¡A mí no me gustan las muñecas!

-Lo sé -Él deja besos en su mejilla

-Bebé no te aburrirás como yo cuando era pequeña. Tendrás con quien jugar y quien será el cómplice de tus travesuras.

-¿A quién culpar cuando haces una travesura? Como yo lo hacía con tía Mariana.

-Si -Él ríe.

Le lancé una mirada a Fer y él simplemente se encogió en hombros.


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