La Obesion del ceo por Maricel98

Chapter Capítulo 113



Me desperté con la voz de Aarón quien intenta despertarme jalando las sábanas sin abrir los ojos lo cargue entre mis brazos y lo acomode en medio mío y de Fernando.

—Ya es hora de ir a la escuela.

Negué con la cabeza en un bostezo —Es muy temprano aun

El pequeño no tardó en acomodarse y seguir durmiendo a nuestro lado. Fernando ni se inmutó, creo que no se ha movido durante toda la noche.

Me volví a despertar cuando escuche el sonido de la alarma del celular de Fernando. Rodee los ojos al escuchar ese ruidoso sonido.

Sin dudarlo la apagué y está vez si desperté a Aarón con golpecitos en sus hombros, pero él no deja de roncar al igual que su padre.

—¡Flojos arriba!

—Una falta no es nada

Reí —Fernando usaré una jarra con hielo no contagies al niño con tu flojera.

—A bañarse mi amorcito. —Deje varios besos en sus mejillas mientras él lanza bostezos —Papi te baña y mami prepara un rico desayuno.

—Dos desayunos, mi vida.

Reí —¿Cómo haces en las mañanas Fer?

—No tengo idea

—Siempre llegamos tarde, pero a mi seño le gusta papi y no le dice nada

Reí —Ah si a mí me hacían un gran drama cuando te llevaba tarde. Tendré que hablar con ella.

—La princesa se despertó celosita

Sin dudarlo estrellé mi almohada en su rostro

***

En este instante me encuentro en frente de Aníbal. Conseguí un permiso especial para verlo junto con Fernando quien solamente lo observa con rabia.

—¡Supiste utilizar a mi hijo, niña!

¡Definitivamente, las mujeres son nuestra perdición! ¡Tenlo presente Fernando!.

—¿Por qué lo hiciste? —Él logra hablar

—No me crean idiota

—¡Estás perdido, Aníbal, tu propio hijo te filmo a ti y a Olga confesando su crimen!

—¡Qué clase de monstruo asesina a su propio hermano! ¡Tienes suerte de estar tras esas rejas o te acabaría!

—¡Tú debiste ser mi hijo y no el inútil de Diego! ¡Tienes mi carácter!

—No tengo nada tuyo, no soy un asesino.

Él ríe y no noto una pisca de arrepentimiento en su mirada.

Definitivamente, Diego heredó todo de él.

—Aunque lo dudes yo amaba a mi hermano. Fernando era mi hermano menor e intente cuidarlo desde que murió nuestro padre, Alexei. Él era idéntico a él y siempre fue su consentido, pero eso no me importaba porque yo lo amaba pero luego todo cambio. —Me percató de que él lanza un suspiro. —Todavía recuerdo cuando conocí a tu madre, estaba harto de los desprecios de mi esposa y me refugie en ese bar en el cual ella bailaba.

—¿Mi madre bailaba en un cabaret?

Él asiente —Olga no es la fina mujer de sociedad ni la huérfana de una pareja millonaria. Su madre era una prostituta y a su padre nunca lo conoció.

Tome la mano de Fernando mientras Aníbal prosigue con su relato.

—Cuando nos conocimos note algo especial en ella y de inmediato me convertí en su cliente exclusivo, pero ella deseaba mucho más que ser mi amante. Yo la saque de esa vida e intenté ayudarla, pero me traicionó en el momento en el cual conoció a mi hermano. Él era joven, millonario e ingenuo, el candidato perfecto para ella no tardaron en casarse y luego llegaste tú.

—¿Pero todo cambio cuando apareció mi padre verdad? —Pregunté

—Exactamente en ese momento pensé que Olga deseaba deshacerse de mi hermano para estar conmigo, pero ahora me doy cuenta de que siempre estuvo obsesionada con Edu, fui un completo idiota. Me dejé llevar por la pasión que despertaba en mí e ideamos la forma de deshacernos de Fernando con ese aparente accidente. De esa manera cobraríamos el seguro, pero al parecer él sospechaba porque todo te lo dejo a ti y quien lo manejaba era Edward.

—¡Eres un monstruo!

—El monstruo es tu madre, ella me utilizo. Me hizo creer que nos quedaríamos con la fortuna Galván, pero decidió ser la esposa de Edward.

Reí —Ahora entiendo tu obsesión con la fortuna de mi padre. ¿Dime Aníbal en verdad la mujer obsesiva y demente era la madre de Diego o tú?

—La madre de Diego era tan estúpida y hermosa como tú, pero yo hice las cosas bien y no permití que ella me destruyera como tú lo hiciste con el imbécil de mi hijo.

—Tengo un regalo para ti —Saque mi celular y le enseñe el vídeo de su esposa y su hijo haciendo el amor, es increíble su rostro al verlo. —Allí está tu hijo al que tanto has protegido

—¡Te pudrirás en la cárcel Tío!

Es todo lo que él dice antes de alejarnos de ese horrible y oscuro lugar.

Mientras nos alejamos de los separos lo abrace de la cintura debido a que él está muy triste. Fue una pésima idea visitar a su tío.

La situación se complicó cuando levantamos la vista y observamos que unos oficiales traen a Olga esposada.

—¡Fernando! ¡Hijo!

Él le regala solamente una mirada y me percató de que ella deja caer todas sus lágrimas. Es muy triste observar como una mujer quien lleva la sangre de mi hijo fue destruida por la ambición

—¡Ya lo sé todo y yo mismo te denuncié! ¡No entiendo como pudiste verme a la cara todos los días cuando asesinaste a mi padre!

—¡Fue tu tío, no fui yo! ¡Él me amenazó! —Es todo lo que dice antes de que los policías la ingresen a los separos.

Simplemente, abracé de la cintura a Fernando y ambos salimos de ese sitio.

Él me pidió que lo dejé solo y yo tome un taxi para ir a la casa de mi tío debido a que deseo visitarlo desde ayer. Siento una enorme libertad que hace mucho tiempo no experimentaba.

Luego de una hora llegué a la propiedad y abrí con mis propias llaves. Observe que se encuentra mi tío mirando una película en la sala.

—Belinda —Él me saluda con un beso en la mejilla

—Tío te extrañé muchísimo sé que debes estar muy enojado conmigo.

Él niega con la cabeza —Claro que no mi amor, yo entiendo por qué hiciste lo que hiciste aunque me habría gustado que confíes en mí. Lo importante es que ese hombre ya está en prisión.

—Si ¿Dónde están Margarita y Mateo?

—El pequeño se encuentra en el jardín de infantes y Margarita creo que salió con un amigo.

—¿Un amigo? —Reí

—Recuerdas al Doctor que le da terapia a Mateo

—¿El amigo de Emiliano? Creo que se llama Franco.

Él asiente —Pues todos los días viene a visitar al pequeño y salen muy seguido los tres.

—No lo conozco mucho, pero si es amigo de Emiliano debe ser una buena persona.

—Las veces que cenamos aquí se portó muy amable y cariñoso con ella y el niño también quería comentarte que ella se mudó la semana pasada.

—Bueno supongo que algún día tenía que pasar

—¿Volverás a la casa?

Negué con la cabeza —Sé que tienes que hacer tu vida, necesitas tu espacio y yo también por eso compraré un departamento para mí y Aarón.

Él asiente —En ese caso venderé está casa me trae pésimos recuerdos de Graciela.

—Bien tío, ¿Dónde vivirás?. sᴇaʀᴄh thᴇ FɪndNøvel.ɴet website on Gøøglᴇ to access chapters of novels early and in the highest quality.

—Con Ángela

Reí —¿Amigos o pareja?.

—Tú sabes la repuesta mi amor

—Felicidades, solamente deseo tu felicidad. —Lo estreche entre mis brazos y deje un beso en su mejilla

Fuimos interrumpidos cuando alguien entro a la casa. Al ver a mi abuela sentí que la rabia me invadió, pero debí controlarme porque se trata de una mujer mayor y a pesar de todo es la madre de mi tío.

—¿Qué haces acá, mamá?.

—Los extrañaba muchísimo a ambos. Ustedes saben cuanto odio la soledad y no me he sentido bien.

—¿Qué tienes? —Pregunta él

—Es mi enfermedad

—Para eso contraté a una enfermera —Le recuerdo — ¿O A caso con el dinero que he entrego Diego por traicionarme no es suficiente?

—Ese hombre me amenazo y nunca me pago un peso

—¡No te creo nada!

—Es la verdad —Ella comienza a toser —Te necesito mucho Belinda y te recuerdo que yo cuide de ti durante la mayoría de tu vida, ahora es tu turno.

Negué con la cabeza —Nunca me quisiste y si no te deshiciste de mí fue porque mi padre te pagaba una mensualidad.

—¿Eso es verdad? —Pregunta mi tío

—Estoy muy arrepentida

—Eso a mí no me importa, por tú culpa perdí a mi hijo

—Pero lo recuperaste ¿Y ahora estás con Fernando verdad? ¡Dime son pareja o estas con el Doctor!.

—Ese no es tu asunto —Es todo lo que digo antes de alejarme

Cuando salí de la casa y me adentre en mi carro me percaté de que mi celular está vibrando y lo respondí de inmediato. Me percaté de que se trata del número de la escuela de Aarón.

—Buenos días, hablo con la madre de Aarón Valencia.

—Si soy yo ¿Ocurre algo con mi hijo?

—No sé cómo decirle esto señora, pero no encontramos a su hijo.

Cuando ella formuló esas palabras sentí que mi mundo se cayó en mil pedazos.


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