Chapter Capítulo 203
ATRACCIÓN PELIGROSA. CAPÍTULO 52. ¡Aaron no va a pelear!
Aaron ni siquiera los contó. Soportó estoicamente hasta el último sartenazo porque sabía que se lo merecía y porque ella
necesitaba desahogarse. En algún punto aquella madurez tenía que romperse para dar paso a una avalancha de emociones
que no era sano contener. 3
-¡Te amo! -exclamó él mientras se encogía al sentir el golpe sobre su hombro bueno.
-¡Dimelo otra vez, idiota y te aseguro que te reacomodo todas las neuronas chuecas esas que tienes, cabrón! -rugió ella
alcanzando a pegarle en la cadera-. ¿¡Cómo pudiste dejarme!? ¡Me dijiste cosas horribles cuando yo solo estaba tratando de
salvar tu vida! 9
Aaron no intentó defenderse. Ella seguía golpeándolo con el sartén mientras exigía respuestas imposibles de ofrecer, pero cada
vez golpeaba más suave y lloraba más fuerte. Aaron se quedó en silencio, sabiendo que no tenía explicación para su
comportamiento. Aquello era más grande de lo que habían sido capaces de manejar y él no había actuado de la mejor manera.
El sartén cayó al suelo con un ruido seco, el eco de sus histéricos llantos se alzaba en el silencio que los rodeaba. Aaron sabía
que era culpa suya, él había sido un idiota y ella lo había pagado con dolor y lágrimas. Estiró la mano para tocarla pero ella le
rechazó con rabia.
-¡No me toques! -gruñó, pero él hizo caso omiso y tiró de su mano hasta hacerla chocar con su pecho.
Nahia se desmoronó y lloró desconsoladamente sin parar. Aaron la abrazaba en un intento por consolarla, susurrándole lo
mucho que la amaba, pero sabía que a ella le costaría creerle. 5
-Lo lamento mucho -murmuró besando su cabeza. Aaron contuvo su respiración para no llorar y se sentó en el suelo, llevándola
consigo-. No tengo justificación. Me equivoqué... ¡Me equivoqué mucho! Pero te amo. Te amo más que a nada en el mundo,
Nahia. Y no importa si estuve lejos o si no te merezco, eso nunca va a cambiar. 3
Muy dentro de él sabía que aquel acto los estaba salvando. Era una especie de liberación para los dos después de aquella
separación de dos años.
Nahia se mantuvo rígida, con los ojos cerrados, aquella declaración había sido tan esperada como dolorosa.
-Pues en todo eso tienes razón -siseó ella levantándose-. Empezando con que no me mereces. 3
Nahia se apresuró a limpiar el desorden que había creado, secándose las lágrimas con la mano mientras colocaba el sartén
sobre la estufa. Se volvió a mirar a Aaron, y los dos se quedaron inmóviles, como si el deseo de reconectar con el otro se
hubiera apoderado de sus cuerpos y ella intentara evitarlo por todos los medios. 1
Aaron se adelantó y tomó la mano de Nahia, mirándola intensamente a los ojos.
-No voy a dejar que nada me detenga -le advirtió con una sonrisa-. Así que aunque no te haya merecido, mejor prepárate,
porque voy a hacer lo que sea para reconquistarte. 3
Nahia negó por lo bajo, llevó su mano a la mejilla de Aaron y acarició tiernamente la piel rasgada de su labio con la yema de sus
dedos.
-¿No te das cuenta de que estamos mejor separados? -preguntó ella.
-A lo mejor tú sí, pero yo he estado asfixiándome en estos dos años, y si antes no sabía cómo hacer para volver... ¡pues ya se
me tendrá que ocurrir algo porque te apuesto a que no voy a irme! -sentenció él antes de besarla. 1
Ella se resistió antes de abrirle paso a sus labios, pero la verdad parecía que su cabeza y su corazón se
estaban matando a pedradas emocionales.
Aaron la estrechó con fuerza y ella se lo devolvió con reticencia. Quería creerle, de verdad quería, pero la experiencia no se lo
permitía.
-Vamos a empezar por descansar -dijo él acariciando su rostro con suavidad y la levantó en brazos para ir a acurrucarla al sofá.
Ninguno durmió mucho esa noche, especialmente Aaron, con aquellos fantasmas rondando en su corazón, y cuando la bebé se
escuchó por tercera vez en el monitor y Nahia no abrió los ojos por el cansancio, él fue quien se levantó y subió la escalera.
Aaron se acercó al cuarto de la bebé, y no pudo evitar sonreír al asomarse a la cuna y verla bien despierta. Ella lo miraba con
sus enormes ojos negros y su boca emitiendo un ruidito casi imperceptible que desarmó por completo el corazón de Aaron. Le
acercó los dedos para que ella le agarrara y
sonriendo la levantó en brazos.
La vocecita chillona de la bebé llenaba el espacio impregnando el aire con aquella inocencia tan característica. Mirándola Aaron
pequeño se preguntó si podrían ser una familia algún día, si él podría hacer lo necesario para ganarse la confianza de Nahia y
su nena.
Alcanzó un biberón que ya estaba preparado y se lo acercó. Julie empezó a beberlo con hambre y se fue calmando mientras
Aaron contenía la respiración, esperando ansiosamente a cada trago hasta que finalmente ella se lo terminó todo.
El airecito ahora -susurró palmeando su espaldita y muy pronto la bebé comenzó a adormecerse.
Pocos minutos después, satisfecha y calentita, Julie se dormía sobre su pecho mientras Aaron cantaba Estrellita dónde vas”
con toda la actitud. 1
Una vez que la bebé estuvo profundamente dormida, Aaron la acostó con suavidad en su cuna y salió despacito para no
despertar a nadie. Sin embargo apenas se giró hacia la puerta cuando vio a Nahia parada allí, mirándolo intensamente al
tiempo que se preguntaba si aquello podría tener alguna posibilidad de funcionar.
-¿Te despertamos? -preguntó él con gentileza.
-Sí, pero está bien. Igual fue lindo verte con Julie -murmuró Nahia.
-Es una niña preciosa. Cualquiera sería afortunado de verla crecer -replicó Aaron-. Pero que sepas que a ti no salió, no es para
nada enojona, cuando está satisfecha ya no protesta.
Nahia levantó una ceja coqueta en su dirección y y se encogió de hombros. 1
-En eso sí me parece a mí... ¿o tú me ves protestando? -murmuró y Aaron se derritió ante aquellas palabras.
Volvieron a acurrucarse en el sofá y esta vez fue Aaron quien no se dio cuenta de que había amanecido hasta que sintió la
manito de Kyle despertándolo. Se levantó sobresaltado, pero un aroma delicioso llegó a sus narices y Aaron se dirigió hacia
dónde venía.
Tranquilizado por aquel olor familiar, entró a la cocina y allí encontró a Nahia preparando un delicioso desayuno con huevos
revueltos, pan tostado con mantequilla, fruta fresca y café caliente.
-Hola... -susurró porque era extraño verla desenvolverse tan bien en la cocina.
-A desayunar, los dos -sentenció ella sonriéndoles con suavidad. Y luego a la escuela, príncipe, que no puedes llegar tarde.
Desayunaron en un extraño ambiente de paz y a Aaron no le molestó hacer la caminata de la vergüenza frente a su familia. 2
”
Ese día, además, Kyle no iría a la escuela solo, sino que todo el clan Orlenko lo acompañó, junto con un camión que contenía
todas aquellas sillas nuevas que habían mandado a comprar para los niños.
No se hizo un super evento por la donación, solo se reunieron con los chicos y Caleb y Kyle se ocuparon de mostrarles cómo se
usaban. Los ojos de Nahia se encontraron con los de Aaron por encima de la gente y él le sonrió antes de acercarse.
-Esto de verdad fue impresionante murmuró Nahia. La calidad de vida de estos chicos va a mejorar notablemente.
-Esa es la idea -murmuró Aaron-. Y quizás las de otros pueda mejorar aún más. Ya hablé con Maddi, los abogados se pusieron
en contacto con el equipo de cirugía, y se autorizó la operación de Kyle. Van a estar haciéndole los exámenes médicos en
algunas semanas, cuando Caleb termine las prótesis.
-Me alegro mucho, sé que todo saldrá muy b... -Nahia achicó los ojos cuando vio a su madre reunir a media familia y hablar con
los Orlenko-. ¿Qué están haciendo?
Los dos fueron a curiosear y muy pronto se enteraron de la novedad. Para agradecer la donación, los King estaban invitando a
los Orlenko a una cena formal. 2
Nahia casi podía sentir que tramaban algo, pero esa noche no tuvo más remedio que vestirse de etiqueta y asistir al homenaje.
Aaron se quedó mudo cuando la vio llegar. Llevaba un vestido largo de color azul con detalles dorados que realzaban cada
curva de su cuerpo y su cabello estaba recogido en una coleta alta. Nunca la había visto tan bella.
-Nahia... -susurró porque no podía evitarlo, no podía ser más honesto-. Estás... ¡hermosa!
Ella miró al suelo un poco cohibida.
-Por favor, no me mires así. No quiero que nadie sepa... bueno que nadie sepa lo que ha estado pasando entre los dos -susurró
y él asintió con un poco de tristeza.
-Está bien. Entonces no dejaremos que nadie se entere -dijo Aaron alejándose de allí.
La cena transcurrió tranquila y alegre. Parecía que las dos familias se entendían después de conocerse, y Nahia se dio cuenta
de que no se oponía a eso. No quería que nadie supiera lo suyo con Aaron pero eso se le olvidó dos horas después, cuando
escuchó a Katerina hablando con su madre.
-... Pues si todo sale tan bien como esperamos, Kyle no será el único niño que pueda recuperar sus extremidades.
-Me imagino que también será algo muy costoso -dijo Meli pensativa-. ¿Cómo piensan financiarlo? -Bueno, nosotros nos
ofrecimos pero Aaron lo ha convertido en su cruzada personal, así que aparte de usar su fortuna, supongo que puede ganar
mucho con un par de jaulas. ¿Verdad cariño?
Aaron asintió a su lado.
-Sí, ¿qué te parece si preparamos una para finales de mes? Ruben Easton hace tiempo que no me ve pelear, seguro nos
organiza la mejor jaula de Reino Unido -replicó Aaron, pero antes de que Katerina pudiera asentir, Nahia se echó hacia adelante
en la mesa llamando su atención. 2
-¡Ni lo llames que Aaron no va a pelear! -sentenció y todos la miraron atónitos-. ¡No me miren así! ¡El médico lo dijo, tres
semanas de reposo, y yo ya no lo baño más para quitarle la fiebre porque al final siempre acaba en esa bañera de calentur...!
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-¡Nahia! -la interrumpió Aaron abriéndole los ojos para que se diera cuenta de lo que estaba diciendo. Ella se mordió el labio y
pasó saliva.
-Bueno... eso, que no va a pelear. Punto.
Pero para ese momento lo que nadie debía saber... ya lo sabían.