Chapter Capítulo 201
ATRACCIÓN PELIGROSA. CAPÍTULO 50. Siempre serás mía
-¿Ya está?
-Todavía, casi casi -murmuró Aaron mientras la familia entera se preparaba.
Eran las dos de la madrugada y debía faltar muy poco para que pudieran entrar en acción. Él y su abuela se turnaban detrás de
la mirilla del rifle esperando el momento justo, y apenas vio a Nahia sentarse en el borde de la cama, supo que era el momento.
-¡Ya está, vamos! -exclamó y el clan Orlenko se lanzó como una tromba hacia la calle. 4
Nahia se había despertado sobresaltada, con el sonido del llanto de la bebé. La acunó bajó a preparar su biberón, pero apenas
se lo había empezado a dar a Julie cuando en la oscuridad de la noche escuchó un canto que flotaba a través de la ventana
abierta.
Al principio Nahia estaba confusa, era demasiado raro como para tratarse de un sueño, pero cuando la canción empezó a
escucharse mejor, Nahia se dio cuenta de que venía de fuera de su casa y de que conocía aquellas voces reunidas en la
oscuridad.
Tembló mientras se dirigía a la ventana, y por un momento se detuvo, temerosa de lo que pudiera ver. Pero cuando se asomó,
encontró al clan Orlenko alrededor de la fachada de su casa, cantando ” Duérmete mi niña“, seguido de “Los pollitos dicen” y
toda clase de canciones para dormir bebés. ”
Toda la familia estaba allí: Aaron, sus padres, sus hermanos, la abuela e incluso el pequeño Kyle. Había en ellos una
familiaridad, una calidez que había estado ausente durante tanto tiempo. Y entonces, de repente, Nahia se dio cuenta de lo que
estaba pasando.
Ahogó un jadeo de sorpresa y se le humedecieron los ojos al verlos allí. Abrió la puerta principal y los observó aturdida.
-¿Qué... qué están haciendo aquí? -murmuró y Aaron se acercó a ella despacio.
-Estamos dando una serenata -susurró.
-¿Con “Los pollitos dicen“? -lo increpó ella. 3
-Es que no es para ti la serenata -le advirtió Aaron-. Es para Julie, queremos ayudar a dormirla. 4
Nahia lo miró asombrada, dándose cuenta de que era la primera vez que Aaron se encontraba con su hija, pero en sus ojos
solo había curiosidad y dulzura, nada más.
Aquello era lo más extraño del mundo, pero los ojitos de Julie, que normalmente solían despabilarse cuando se tomaba el
biberón de la madrugada, ahora estaban que se caían del sueño con aquellas cancioncitas. Finalmente soltó el biberón y Nina
se acercó a ella.
-¿Puedo? Hace mucho que no saco vientecito a un bebé pero recuerdo que se me daba bien le pidió y Nahia le entregó a la
pequeña, que un minuto después eructaba con fuerza y sonreía con los ojitos achinados.
-¡Está sonriendo! -exclamó Jake apurando a todos para que la vieran y Nahia abrió mucho los ojos.
-¡Por Dios, es cierto! ¡Está sonriendo! -murmuró dándose cuenta de que era la primera vez que la bebé lo hacía.
-Ya por esta edad empiezan a sonreír -murmuró Katerina-. Y con toda su familia haciéndole gracias, en un rato escucharás su
primera carcajada, puedo apostarlo.
Nahia sintió que se le derretía el corazón al ver a los Orlenko allí, mimando a su pequeña Julie, que iba pasando de brazos en
brazos mientras todos se enamoraban de ella.
-Parece que alguien la está pasando muy bien -dijo Aaron con una sonrisa y Nahia asintió.
-Le gusta la atención -murmuró-. Y a mí me gustan las respuestas, Aaron. ¿Qué hacen aquí a esta hora de la madrugada?
-Eso debería respondértelo yo -dijo Nina acercándose-. Vinimos a ofrecerte una disculpa por todo lo que sucedió después del
accidente de Aaron. Sé que no hay excusa que sirva, ni justificación, ni nada, pero entiendo que te lastimamos al querer
desaparecer de tu vida... y eso no estuvo bien.
-Se quedaron con Aaron, él es su familia, era como debía ser -respondió ella.
-Tú también eres nuestra familia, Nahia, aunque el tarado este te haya firmado el divorcio...
-Porque tú me engañaste para que no lo metiera antes -replicó la muchacha y Nina apretó los labios.
-Bueno, sí... quizás hice eso... Es que fuera de la jaula es muy lento para reaccionar ¿verdad? -murmuró Nina y Nahia sonrió. 3
-No pasa nada, todo está bien -suspiró Nahia y la mujer frente a ella se cruzó de brazos.
-¡Vamos niña, exprésate! ¡La madurez a veces reprime, solo dime lo que estás pensando! ¡Sé que va a costar más que una
serenata que nos perdones!
Nahia respiró hondo y le enseñó los dos dedos del medio.
-Vete a la mierd@, Nina -dijo con una sonrisa y la vio asentir feliz. 1
-Gracias -dijo Nina dándole un abrazo-. Vamos a hacer lo que sea para tenerte de vuelta en la familia, así que prepárate, porque
los Orlenko somos muy insistentes. 1
-OK, buscaré algunas frases sucias con las que responderte la próxima vez -dijo Nahia sintiendo cómo aquella calidez volvía a
extenderse por su pecho.
-¡Yo te puedo ayudar, me sé muchas! -escucharon una vocecita y Nahia se giró para ver a Kyle. 3
-¡Vida mía! ¿Qué haces despierto a esta hora? -le dijo acariciando su cabello. ¡Aaaaaaaron! ¿¡Qué clase de tutor irresponsable
eres que tienes a un niño tan chiquito despierto hasta esta hora!? ¡Ni creas que esto no va a ir a tu repor...!
-Esta es nuestra salida -susurró Katerina y la familia se escabulló mientras aquellos dos se peleaban por la serenata, la hora,
los vampiros y los unicornios.
Ni siquiera se dieron cuenta de que al final solo quedaban ellos dos, Kyle y la bebé que dormía en sus brazos.
-Este... creo que no deberían pelearse delante de nosotros -murmuró el niño y los dos lo miraron asustados. 2
Cargaba a la pequeña Julie y la bebé estaba muy dormida agarrada a su playera.
-¿A dónde se fueron todos? -preguntó Aaron y Nahia se asomó por la ventana.
-Se llevaron los autos... ¡también el mío para variar! -se escandalizó ella.
–Bueno, no importa, la casa está cerca. Kyle y yo podemos irnos rodando, ¿verdad, campeón? – preguntó Aaron y el niño negó.
-No, yo no me voy, mi silla es nueva, no la quiero estropear -dijo el niño haciendo un puchero.
-Pero...
-¿Me puedo quedar aquí, señora King? -preguntó y Nahia se agachó frente a él.
-Claro que puedes quedarte, cielo. Y llámame Nahia, por favor -le sonrió viendo lo a gusto que estaba Julie con él.
-¿Y Aaron se puede quedar conmigo? Es que no debería estar en ningún lugar extraño sin mi tutor -dijo
el niño. 8
-Bueno, pero este no es un lugar extraño, yo soy tu supervisora...
-Pero lo pondría en su reporte -insistió Kyle-. Déjelo aunque sea en el sofá. 1
Nahia miró a Aaron y asintió.
-De acuerdo. Veremos qué hacemos con él. ¿Me ayudas a subirlo al segundo piso? -le pidió a Aaron y Kyle negó.
-No hace falta, ya puedo yo solito.
Nahia vio impresionada cómo acomodaba su nueva silla eléctrica en la base de la escalera y la silla comenzaba a subir.
-¡Wow! ¡Eso es impresionante! -balbuceó.
-Lo impresionante es cómo te manipuló y tú te lo tragaste totalmente. Esa silla es una todoterreno, llegaría él antes a mi casa en
esa silla que yo corriendo–se rio Aaron y Nahia le pegó en un costado por venganza. 2
Diez minutos después tanto Kyle como Julie dormían en el cuarto de Nahia y los dos los miraban desde la puerta.
-Van a hacerle los exámenes médicos esta semana -murmuró Aaron-. Si Dios quiere no necesitará la silla mucho más tiempo.
-Me alegro de escuchar eso -replicó Nahia tomando el monitor de la bebé y apagando la luz.
-Es muy linda tu nena -dijo él mientras bajaban al primer piso y la vio sonreír.
-Sí, es una muñequita preciosa -dijo Nahia mientras preparaba un té-. Le roba el corazón a cualquiera. -Doy fe, mi papá estaba
derretido.
Nahia se quedó pensativa por un momento.
-Fue un lindo detalle que vinieran. Raro aparecerse de madrugada pero...
-Ya sabes que somos raros. 1
-Exacto.
-Nahia escucha. Sé que cometimos muchos errores cuando pasó el accidente, pero en mi familia de verdad te quieren. Mi
madre incluso intentó retrasar nuestro divorcio. El bruto soy yo, y ellos trataron de que no te lastimara de más, pero el culpable
soy yo. ¿Crees que podrías... odiarlos un poquito menos? – le pidió acercándose y la vio negar.
-Yo no odio a tu familia, Aaron, de verdad -le respondió-. Solo aprendí a no contar con ellos, nada más. –Como aprendiste a no
contar conmigo -susurró Aaron acercándose a ella y arrinconándola contra la isla de la cocina.
-Aaron, por favor...
Él levantó su barbilla mientras se pegaba a su cuerpo y Nahia se estremeció.
-Lo siento, nena... lo siento tanto... Te amo tanto...
-Aaron...
-¡No sabes lo que daría por volver el tiempo, Nahia! ¡Te juro que a veces me dan ganas de golpearme contra las paredes
porque esa... esa nena hermosa pudo ser mía y yo desperdicié esa oportunidad! ¡No entiendo cómo pude ser tan bruto! ¡Pero
alejé lo mejor que he tenido en mi vida, y te juro, te juro nena, que no voy a hacerlo de nuevo!
Nahia se estremeció sintiendo aquel calor que los envolvía.
-¿O sea que debiste embarazarme a propósito? -gruñó ella poniendo los ojos en blanco. 2
-¡Exacto!
-¡Eres un idiota...!
-¡Pero este idiota todavía está a tiempo! 1
Nahia no tuvo tiempo ni de respirar antes de que él atacara su boca con la misma pasión con la que peleaba en una de sus
jaulas.
Aaron la abrazó con fuerza mientras su lengua se hundía en su boca, explorando cada rincón, y ella se dejó caer entre sus
brazos. Era imposible no sentirse bien estando con él.
Cuando finalmente se separaron buscando aire, Aaron la subió de un solo impulso en la encimera y se coló entre sus piernas.
-No importa todo lo que pasó antes, para mí siempre serás mía, nena -dijo besando su cuello y haciéndola estremecerse aún
más-. Siempre serás mía y yo siempre voy a ser tuyo. ¿Entiendes?
Sus dedos, todos ellos, recorrieron su espalda bajo la blusa del pijama, haciéndola gemir, y en ese momento se dio cuenta de
que nunca lo había dejado ir del todo, porque él era parte de ella, lo había sido desde el primer día, y sería más fácil arrancarse
el corazón que aquello que sentía por él.
Sus dedos se enredaron en su cabello y Aaron susurró sobre su boca:
-Todavía te debo cuatro. 19