Chapter Capítulo 20
Capitulo 20
Pero en aquel momento, en la generación de Ángel, la empresa rival había puesto armas en sus frentes para forzarlo a renunciar a sus derechos mineros.
Ángel no era de los que se rendian, pero el actual lider de esa empresa global era tan despiadado como
Oliver.
Los ojos de Oliver eran tranquilos, con una calma profunda y dijo: “¿No tiene el director Galindo del Corporación Wilson Business un punto débil fatal?”
El director Galindo y su esposa eran muy unidos, pero hacia más de veinte años, mientras estaban en Bruselas por negocios, tuvieron una hija. Debido al monopolio de la generación anterior en la industria de los diamantes, habian hecho muchos enemigos alrededor del mundo y
su hija habia desaparecido a causa de todo eso.
Una joven que debería haber nacido con los mejores recursos, en aquel momento nadie sabía donde podia estar.
Por eso, cada año enviaban gente a Bruselas en busca de la niña.
Especialmente la esposa del director Galindo, si no fuera por su esposo y su hijo, probablemente habría colapsado el día que su hija desapareció.
Ángel sonrió y apagó el cigarrillo en el cenicero diciendo: “Sé lo que quieres decir, pero, ¿quién sabe a dónde pudo haber sido llevada una niña que desapareció justo después de nacer hace más de veinte años?”
“Con cuánto se preocupa la esposa del director por su hija, podrías negociar.
El país era el territorio de las cuatro grandes familias, aunque Wilson Business fuera una em
empresa global, no podía sobrepasar el conocimiento que la empresa local podia tener. Si los Torres estuvieran dispuestos a ayudar a encontrar a la niña, sería solo un pequeño paso atrás en los negocios, y la esposa del director seguramente aceptaria.
Angel entrecerró los ojos, asintió y decidió proceder de esa manera.
Su mirada se posó en Ariana y, de repente, esbozó una sonrisa torcida diciendo: “Canary, lo que desees, considéralo un regalo de bienvenida.”
Ariana no apreciaba para nada su actitud.
“No hay necesidad de gastar, gerente Torres.”
Su tono era indiferente.
Los ojos de Ángel se entrecerraron peligrosamente, y sus labios se apretaron como si fuesen cuchillas.
Ariana estaba segura de que, si Oliver no estuviera alli, ese hombre no dudaria ni un segundo en apuntarle con un arma en la cabeza.
La vida humana para él no era más que un papel que fingia apreciar.
Después de un rato, Ángel finalmente se levantó y dijo: “Inés me está esperando en la villa, me iré ahora. Canary, nos veremos la próxima vez.”