Esta Vez, ¡No Perderé!’

Capítulo 280 

Roque también solla tener esos sueños, pero Rivero lo sacó de ellos con una patada: “Antes de soñar con conquistar a una estrella, ¿has pensado si puedes competir con los poderosos que la respaldan?” 

Roque resopló con desdén: “¿Quién no me conoce en San Lisset como el Sr. Gutiérrez? Incluso si ella tiene conexiones, tendrán que ceder ante mi.” 

Rivero lo miró como si fuera un tonto y le recordó todas las campañas publicitarias de Beatriz de principio a fin: “¿Estás seguro de que puedes ofrecerle a esa estrella todos esos recursos?” 

Roque soltó un “Carajo“. 

Todo lo demás todavia se podría manejar, pero el patrocinio de esos autos de carrera de primera linea definitivamente estaba fuera de su alcance. 

“¿El benefactor de mi diosa no será de la generación de nuestro viejo, verdad?” 

Roque se sintió algo estúpido: “Mejor me compro un auto de carrera para apoyarla y disfruto de sus fotos en las redes. No está mal,” 

No era un heredero tonto dispuesto a golpear un muro con un huevo. Si realmente era alguien de la generación de su padre quien la respaldaba, ni siquiera se atrevería a acercarse. 

Rivero le dio una palmada en el hombro: “Mejor mantén la distancia con el Sr. Mangone, alejate mientras puedas, cuidate.” 

Cuando Javier llegó a casa, Beatriz todavia estaba frente al escritorio viendo un tedioso documental. Contenía algunas imágenes borrosas de la difunta señora Micaela, escenas mudas que resultaban bastante aburridas. Beatriz intentaba captar a través de estas imágenes los gestos y expresiones más auténticos de la fallecida. 

Después de un tiempo, sintiendo dolor en los hombros, se levantó y estiró los brazos, y al girar su mirada, vio a Javier apoyado en el marco de la puerta. 

a, sus piernas lucian 

Vestía una camisa blanca y pantalones negros, de hombros anchos y cintura excepcionalmente largas. La corbata y el collarin de la camisa, que habían sido descartados en algún lugar, dejaban dos botones desabrochados, pero aun así lucía elegante y adecuado. 

Beatriz vio que él sostenía una caja en sus manos. 

“Es para ti.” 

Curiosa, Beatriz la abrió. 

Era un collar brillante, con pétalos de diamantes intercalados con pétalos de zafiro amarillo, diseñado con un encanto y una gracia etérea. 

Beatriz llevaba puesto un delicado vestido de tul con flores blancas de Chanel, con los hombros descubiertos y sin adornos. 

Javier colocó el collar alrededor del cuello de Beatriz. 

Le quedaba bien. 

Javier tomó la barbilla de Beatriz, deslizando sus dedos sobre las esquinas rosadas de sus labios. 

Recordando lo ocurrido antes, una ira sutil se asomaba en él. 

Ella era su esposa, la zorra que mantenía en lujos y comodidades dentro de su jaula. 

-Nadie más, por más que lo desearan, podria tocarla. 

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Capitulo 280 

En plena noche, los fans de Beatriz finalmente recibieron las fotos que la hermana había publicado. 

Con cabello oscuro y piel como la nieve, mostrando su belleza natural, seguía siendo imposiblemente hermosa, imposible desviar la mirada. 

Cada vez que Beatriz publicaba una foto, la mayoría se enfocaba en su rostro, ignorando fácilmente la ropa y las joyas que llevaba. 

Entre gritos de “¡Su belleza natural es increible, por favor, publica más fotos sin maquillaje!” y “¡Ah, finalmente nuestra hermana hace acto de presencia!“, un comentario “Dios, resulta que es la cuñada, estoy por morir, necesito irme al extranjero” quedó silenciosamente sepultado.