Chapter Capítulo 25
La detective
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La detective
-Podría atenderte el viernes de la próxima semana–propuso y aunque la verdad no me urgía el trabajo, tampoco quería dejarlo a la ligera, es decir, que no comenzara a trabajar ahora que sabia que Arthur podía conseguirse a otra zorra como premio de
consolación por haber perdido a Taylor, eso supuse.
-¿No podría ser antes?-le sugeri, incluso pensé en sacar un par de billetes de mi
bolsa para adelantar la cita si era posible.
-¿El trabajo es urgente?-cuestiono la chica como si supiera del tema.
-No o al menos no del todo, creo que necesito explicarle a la la detective Tiffany mi
problema para que pueda entender a que me refiero–quise explicarle, pero entonces
la señorita frente a mi sonrió.
-Quizás si me explica ahora pueda ver la agenda y la disponibilidad–se apoyo sobre
sus codos para dejar caer su mentón sobre la palma de sus manos, esperando mi
detallada y quizás larga explicación, tal vez solo por curiosidad.
-Tal vez si pudiera ver a Tiffany, podría decirme en persona si tiene tiempo para mi
caso–insistí y entonces aquella chica extendió la mano con una amplia sonrisa en
sus labios.
-Es un gusto–me dijo de pronto y yo no pude más que ver su mano, extrañada de
aquella situación–yo soy Tiffany Murphy.
-¿Tú eres Tiffany?-cuestione sorprendida e impactada.
-Así es–respondió aún con la mano en el aire, así que me vi forzada a tomarle de
una vez la mano–la gente siempre tiene esa misma expresión al venir a verme.
Aparentemente, soy bastante joven para ser una detective con experiencia, pero mi trabajo es más que suficiente para que tengan una diferente opinión de mi.
Hizo un movimiento de cabeza, detrás de ella se encontraban varios cuadros qué
mostraban diferentes tipos reconocimiento e incluso había recortes de periódicos
qué reconocían la labor de ayuda a la policía, en todos ellos hablaban de Tiffany y
debido al color y textura del papel, me vi obligada a pensar que eran reales.
-Cuéntame- me animo- ¿En qué puedo ayudarte?
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vecesto que sos a aquen…..
-Todo el mundo dice esc, pero en este momenta, como veras, tergo muchowe pendientes ¿Por qué deberia tomar el tayo ahor
-Bueno, en primer lugar porque te voy a pagar, no te estoy piciendo un favor die algo molesta con su actitud, esa no era la forme de hablare a un clen–yen segundo lugar, sé bien que debes tener trabajo por hacer y no creo en realidad que el mio sea tan especial para que detengas todo lo demás, sin embargo, la persona que recesto que sces es un mujeriego de mierda que tiene amantes por doquier y yo necesto esa evidencia para divorciarte.
-¿Divorciante?-questiono frunciendo el ceño–¿Pues qué edad tienes? Te ves muy joven para estar casada.
-Digamos que tengo 17 años–omiti ciertos detalles y entonces la chica tuvo un ataque de tos que tardo un poco, hasta que tuvo la oportunidad de tomar un vaso de
agua
-¿Por qué diablos te casaste tan joven? ¿Y con quién diablos te casaste como para que te quieras divorciar tan pronto?-me cuestiono, pero a mi me sono mas bien
como a una regaño.
-Las razones o circunstancias son lo de menos, lo importante aqui es saber si podrás ayudarme o no, de otro modo no podre decirte nada más–la condicione, después de todo técnicamente me estaba exponiendo ante una extraña y mi caso
era bastante conocido, no quería que cierta información anduviera suelta por ahí.
-Mira, niña–expreso quizás un poco molesta con mi falta de cooperación–la disposición por supuesto que la tengo, sobre todo si me dices que eres menor de edad, pero para que estés aquí buscando ayuda significa que por ti sola no puedes conseguir el divorcio aun cuando tienes esa ventaja de la edad, nadie puede forzarte
¿O si?
Me parecio que sus palabras eran un método de convencimiento para que soltara la sopa y, ya que era ella precisamente quien me ayudaría a buscar las pruebas para
divorciarme, no me quedaba de otra más que contarle mis razones para seguir a
Arthur y tomarle fotografías con cada una de sus golfas, porque sabia que no podía
ser solo una.
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La detective
Comencé con mi historia de siempre, quién era mi padre y mi hermana, también le conté sobre Arthur y sus negocios, nuestro círculo social o al menos el de ellos, ya
que yo había sido confinada a ser la hija enferma o eso había sido su excusa para
mantenerme encerrada y alejada de la gente. Después le conté sobre la boda y todo lo que Arthur había hecho desde ese momento, por supuesto omitiendo aquel mal entendido porque eso sería humillarme más de lo que mi familia ya lo había hecho, sil
es que ellos podían tener ese título familiar conmigo.
Entonces terminé narrándole sobre mi venganza y lo poco que había averiguado hasta ese momento, ademas del incidente del video filtrado.
-¡Oh!-dijo sorprendida–ya entiendo por qué tu cara me era bastante familiar.
-Supongo que me ahorro la fatiga de contarte lo que paso en ese video.
-No puedo creer que tú seas Christine Love, mi hermana ama tu colección, esta ahorrando mucho para una chaqueta tuya–comento casi queriendo ignorar el asunto del video, aunque no supe si lo hacía para hacerme sentir mejor conmigo misma, habían sido bastantes cosas en tan poco tiempo y claro, habían sido cosas que había tenido que afrontar yo sola.
-Gracias, pero entonces dime- dije apenada–¿Me ayudarás?
-Por supuesto, pero solo con una condición–expreso sonriente y levantando un dedo para poner sus condiciones- el cumpleaños de mi hermana será pronto y la verdad planeaba comprarle esa chaqueta tuya que tanto desea, sin embargo, cuando quise pre–ordenarla el producto se acabó en cuestión de minutos. ¿Crees que podrías ayudarme a conseguir una? ¡Por supuesto te pagaré!
Solté una pequeña risa, no crei que estuviera hablando en serio, pero al ver la posición de sus manos suplicantes, supe que Tiffany no era tan mala como yo había supuesto y aunque era algo joven, pensé en depositar en ella toda mi confianza, después de todo no tenía a nadie más.
-Por supuesto, dime la talla de tu hermana y vere que puedo hacer
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