Chapter 28
28–Favores, intercambios y…
28–Favores, intercambios y negociaciones
(Caspien)
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Llevé a Willa hasta la habitación de Emmett y la arropé, dándoles un beso en ambas mejillas antes de dirigirme a la habitación que, con suerte, Willa compartiría conmigo en el futuro.
Tenía trabajo pendiente. Por lo general, trabajaba los fines de semana. Sabía que era hipócrita al convencer a Willa de que se tomara los fines de semana libres, pero ella también tenía un hijo y la universidad de la que preocuparse. Podía ver lo cansada que empezaba a lucir, aunque se iluminaba visiblemente cuando me sentaba
frente a ella en el restaurante.
Dejamos a Emmett y recogimos a Cali camino al trabajo al día siguiente.
Emmett extendió sus brazos y lo levanté, abrazándolo cerca de mí. Realmente me caía bien. Era diferente a lo
que esperaba de cualquier niño, no es que hubiera estado cerca de muchos niños, incluso cuando yo era uno.
– Podría acostumbrarme a esto -Cali silbó mientras subía al coche-. Este aire acondicionado es fresco, y digo fresco. ¿Lo importaste del Polo Norte o algo así?
-Algo parecido–respondí. Casi me reí. Casi.
Cali nos saludó con la mano y entró, dándonos un momento a solas.
-Necesitarás esto cuando vayas a casa -Saqué un llavero de mi bolsillo que abría su nueva puerta
principal.
-¿Qué es esto? -Miró curiosamente el llavero gris, dándole vueltas en la mano.
-Es para tu nueva puerta principal.
-¿Desde cuándo pusieron una puerta allí? ¿Y por qué tendrías el llavero? -preguntó y me miró, con sus impresionantes ojos verdes ligeramente entrecerrados.
-Hice que la instalaran -respondi. La honestidad era lo mejor con ella, y no tenía nada que ocultar. Al menos no de ella.
-¿La hiciste instalar en mi apartamento?
-Bueno, técnicamente…
-Técnicamente -Me miró fijamente, cruzando los brazos.
-Técnicamente, soy el propietario.
Cerró los ojos y sacudió la cabeza una vez, pero una pequeña sonrisa se dibujó en sus hermosos labios.
-Yo… -Willa abrió la boca y luego la cerró, tomando el llavero de mi mano extendida.
-Solo hago mi parte para ayudar a la comunidad –Le ofrecí una sonrisa, y ella apretó los labios.
-Bueno, gracias – dijo.
Me miró a través de espesas pestañas.
–
No esperaba eso -dije sacudiendo la cabeza.
Eres tú, quien necesita trabajar en tus modales -Cruzó los brazos, levantando una ceja.
-No en la parte de agradecimiento, sino en el hecho de que no me discutiste al respecto.
-No te discuto en nada lógico. La seguridad es lógica. Y apreciada.
-Aprecio que lo aprecies -Un mechón de cabello cayó hacia adelante desde su coleta, y alcé la mano para colocarlo detrás de su oreja. Ella cerró los ojos y se inclinó hacia mi contacto-. Los veo a ambos el viernes.
De acuerdo Asintió, una expresión que no pude descifrar del todo cruzando su rostro.
28–Favores, intercambios y…
-También vendré por mi taza de café favorita en la ciudad.
Genial–dijo y su rostro se iluminó.
Conduciendo de regreso, ya los extrañaba.
Incluso teniéndolos cerca de mí, sabiendo que estarían allí cuando bajara las escaleras. Cocinando el desayuno con Emmett por la mañana y teniendo a Willa en mis brazos, hablando durante horas.
Solo fue un fin de semana, en realidad menos de dos días, pero cambió todo para mí. Ya sabía que estaba comprometido desde el momento en que la vi nuevamente en el restaurante. Pero, conocer realmente a Emmett, se sentía familiar, se sentía como una pieza faltante de mí, de nosotros, que no sabía que estaba buscando.
Mi apartamento se sentía vacío sin ellos. No, siempre se sentía vacío. Rara vez estaba allí entre mis oficinas para The Dracos Group y ocupándome de los asuntos de la manada.
Con ellos, se sentía lleno. Se sentía como hogar por primera vez.
(Willa)
No podía manejar lo distraída que estaba. Pensaba en Caspien más a menudo de lo que admitía, incluso para mí, misma, desde la primera vez que lo vi, e Iris lo reclamó como nuestro compañero.
Desde que pasé la noche en su casa, sentía que apenas podía concentrarme en cualquier otra cosa. Durante el
trabajo, las clases y el estudio, mis pensamientos siempre se desviaban hacia él.
No era solo s****1. En realidad, en su mayoría no lo era.
Por supuesto, pensaba en su cabeza entre mis piernas, en cómo se inclinaba sobre mí, observándome con sus
dedos enterrados profundamente en mi. En cómo gruñía cuando sabía que estaba empezando a tener un orgasmo.
En cómo parecía agradecido cuando le permitía tocarme. Cada uno de esos pensamientos me llenaba de calidez, que
se asentaba en mi interior.
Pero principalmente, era la forma en que hablaba con Emmett y realmente lo escuchaba. Cómo no se molestaba
con las interminables preguntas de Emmett, cómo lo trataba como a un igual. En cómo me incluía en cada
conversación de la manada, me dejaba elegir cómo quería que avanzara nuestra relación y nunca senti ninguna presión por parte de él.
Nunca me había sentido tan respetada, tan completamente yo misma. No había nada que quisiera ocultarle, nada que no quisiera que viera, incluso las partes malas. No tenía que reprimir ninguna parte de mí misma, nunca sentí que tuviera que cambiar. Sabía que podríamos superar cualquier cosa juntos.
El viernes se acercaba lentamente, sentía que los minutos hasta que llegara al restaurante e incluso nuestra cita semanal no eran suficientes. Me estaba volviendo adicta a él aún más que antes.
-¿Podemos ir ahora? -preguntó Emmett tirando de mi mano.
Tenía que admitir que también había estado esperando todo el día porque fueran las seis. Los viernes tenía un horario de clases más ligero y terminaba en el restaurante después. Aún me quedaba una hora entera después de recoger a Emmett para ducharme, cambiarme y revisar obsesivamente el reloj.
Cuando sonó el timbre de la puerta, ambos saltamos. Sonreí hacia abajo a Emmett y tomé su pequeña bolsa que habíamos comprado esta semana. Sabía que Caspien tenía cosas para él, pero insistió en empacar cosas para mostrarle y algunos de sus libros nocturnos favoritos.
Caspien nos encontró abajo en la casa de la manada y me mostró cómo funcionaba el ascensor con mi huella digital. Me sentía como una maldita espía. Cuando subíamos en el ascensor de regreso al cielo, toda la anticipación y los nervios se calmaron. Era como si pudiera respirar de nuevo por primera vez en toda la semana.
El me rodeó con su brazo y me acomodé en su abrazo mientras observábamos a Emmett contemplar el horizonte con la misma admiración que la primera vez que lo vio.
28–Favores, intercambios y…
-¿Quieres redecorar? -me preguntó tan pronto como nos instalamos de nuevo en su apartamento.
-No, está bien–dije y miré a mi alrededor. El espacio estaba un poco vacío, pero con buen gusto. De todos modos, sería difícil hacer que este espacio enorme fuera acogedor, y no tenía idea de por dónde empezar.
Nunca había decorado nada. Me mudé de la casa de la manada a la cabaña y luego aquí. La cabaña era lo que tomamos de casa, y luego mi apartamento aquí era lo más barato que encontré. No tomé ninguna decisión de decoración por mí misma y tampoco sabía por dónde empezar. Tampoco estaba segura de mi propio estilo.
-¿Estás segura?-preguntó, estudiando mi rostro.
-Por ahora, esto es perfecto.
Se sentía como en casa cuando estábamos aquí. No creo que la decoración importara tanto como estar aquí con Caspien y Emmett.
Pedimos la cena, suficiente comida china para alimentar a un ejército, y era la primera vez de Emmett probándola. Me encantaba verlo probar cosas nuevas, y a él le gustaba la mayoría.
Mi teléfono vibró mientras ayudaba a Caspien a guardar las sobras. Era algo tan normal que no esperaba hacer con un Príncipe Alfa.
Vi el nombre de Cali parpadeando.
-¿Te importa si contesto?
-No, en absoluto–respondió y me dio una sonrisa que nunca había visto antes.
-Hola–respondí. Ella nunca llamaba para hablar. Rara vez llamaba en absoluto, prefería enviar mensajes.
Casi llego – dijo.
-¿Qué?
-Voy a llevarme a Emmett, solo por la noche. Loreli ha estado rogando–explicó.
Miré a Caspien, quien se dio la vuelta, fingiendo hacer algo.
-¿De verdad? -Enroscaba un mechón de mi cabello en mi dedo, estudiando la espalda de Caspien.
De verdad, completamente a mí… digo, a ella. Nada más.
Levanté las cejas, pero sabía que Caspien no podía verlo.
-Si quieres…ella dejó la frase inconclusa. Rara vez mostraba otra cosa que no fuera completa confianza.
-¿Tan repentino? -pregunté.
-Meh.
-Está bien–Me recosté-. En realidad, no me siento muy bien. Creo que me retiraré–Bostecé, y Caspien se
quedó inmóvil en sus movimientos.
-Willa–Su voz era dura-. No me harás esto.
-¿Qué te dio? -pregunté al teléfono.
Caspien se volvió hacia mí, con los ojos abiertos.
-Nada – Cali dijo después de una pausa demasiado larga.
-Eres una maldita mentirosa, incluso por teléfono.
-Tú eres peor mintiendo -respondió ella.
-No se trata de mí–ref-. Estamos hablando de ti.
Me compró ese par de botas que realmente quería.
-¿Cómo sabía que las querías? -Pregunté, mis ojos estaban en los ojos bajos de Caspien.
–Pidió un favor. Yo no hago favores. Sin embargo, sí hago trueques -dijo y podía escuchar la sonrisa maliciosa
en su voz.
28 Favores, intercambios y…
-Aun así, no–Bostecé de nuevo.
-¡Willa! -Casi grltó-. Quiero esas botas.
-¿Qué hay para mí?-le pregunté, disfrutando de esto.
—¿Qué hay para ti? -preguntó incrédula-. Una noche entera con tu sexy caballero oscuro que definitivamente
ha matado a diez personas.
-Al menos reí, y Caspien me miró con una especie de curiosidad compuesta que rozaba la confusión.
–
-No puedes darle la vuelta a mi oferta -Siguió hablando.
-Lo pensaré.
-Literalmente estoy afuera–susurró gritando-. ¿Vive en un edificio de oficinas? ¿Qué es esto?
Suspiré.
– Está bien.
-No me digas ‘está bien‘. Mañana temprano espero un agradecimiento de rodillas. Insistió en que Emmett volviera para el desayuno.
Mi corazón se derritió.
Dije que está bien. Lo prepararé–Colgué el teléfono y miré a Caspien.
-Así que, Cali dijo que está aquí para llevarse a Emmett a pasar la noche.
Bueno, eso es una coincidencia–Caspien se limpió las manos en sus pantalones, algo que nunca antes le había visto hacer-. Entonces, supongo, ¿qué deberíamos hacer esta noche?
vivo.
-Estaba pensando en simplemente ir a dormir. Estoy exhausta.
-Puedo despertarte–dijo levantando una ceja.
-Ni siquiera sé si Emmett quiere ir… comencé.
-Déjame hablar con él. Enviaré a alguien para que la traiga. Estoy seguro de que está curiosa por saber dónde
Mordi mi sonrisa. Estoy segura de que ella también lo estaba.
Emmett estaba emocionado. La palabra “pijama party” lo animó al instante, y Caspien prometió que podrían hacer wafles mañana.
Esperamos durante mucho tiempo, tanto que Emmett me preguntó tres veces cuándo llegaría Calí, e incluso Caspien empezaba a preguntarse.
Emmett bostezó y vi que ya casi era su hora de dormir. Estaba pensando en llamar a Cali y acostarlo.
Seguí a Caspien hasta su puerta principal mientras Emmett se acurrucaba en el sofá.
-Voy a hablar con Holde…
La puerta del ascensor sonó, abriéndose hacia el vestíbulo principal.
Los labios de Cali estaban hinchados, sus rizos normalmente definidos estaban desordenados y ella se ajustaba el vestido. Holden estaba junto a ella con la sonrisa más amplia que jamás había visto en su rostro, abotonando su camisa.
-¡Holden! -Caspien y yo gritamos al mismo tiempo.
Ella no era una mujer lobo y no quería que saliera lastimada. Sabía que sin importar lo que fuera esto, como máximo sería un romance pasajero. Él la dejaría cuando encontrara a su pareja, sin importar lo que prometiera ahora.
Sabía
que Cali
tampoco buscaba nada serio, pero no quería que esto se complicara y tenía la sensación de sería. Aparentemente, Caspien sentía lo mismo.
que así
28–Favores, intercambios y..
¿Qué?-Holden levantó las manos, saliendo del ascensor-. No todos tienen que esperar semanas antes de tener relaciones con su pareja.
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