EI Centímetro

Chapter EI Centímetro 259



Capítulo 259

Sandra no me había dicho que ellos también estarían allí. Si lo hubiera sabido, definitivamente no habría ido. No es que me diera miedo enfrentarlos, sin

que realmente me quitaba el apetito.

“Cami, ya llegaste, solo te estábamos esperando a ti.” Sandra se acercó con una sonrisa y me dio un abrazo

suave.

Como dice el dicho, no se le golpea a quien te sonríe, así que, a pesar de que Sandra hizo difícil que dijera algo al respecto, aun así comenté: “Sandra, pensé que solo seríamos nosotras dos.”

“De hecho, íbamos a ser solo nosotras dos, pero ellos…” Sandra hizo un gesto con la boca hacia Sergio y Zoé: “Nos encontramos por casualidad.”

¿Coincidencia? ¡Por favor! Ya no era una niña, ¿cómo podría creer eso? Pero si me iba en aquel momento, no solo haría sentir mal a Sandra, sino que también parecería que no podía soltar el pasado. Así que, sarcásticamente, coincidi: “Qué casualidad.”

“Nosotros las interrumpimos a ti y a Sandra.” Añadió Zoé.

Si sabían que estaban interrumpiendo, ¿por qué no se habían ido con discreción en vez de quedarse allí tan cómodamente? Cuando conocí a Zoé, realmente pensé que era tan inocente como parecía, pero en aquel momento sabía cuánto podía fingir.

No le dejé pasar la oportunidad de responder y dije: “Si hubiera sabido que ustedes también estarían aquí, no habría venido.”

El rostro de Zoé se tensó un poco, y Sergio tampoco parecía muy contento, dijo: “¿Podemos pedir que sirvan la comida ahora?”

Fue entonces cuando me di cuenta de que lo de esperarme no era una excusa de Sandra. Pero hablando de eso, con la futura nuera, Zoé, sentada allí, y aun así Sandra permitiendo que simplemente se quedara sentada sin servir la comida, era realmente incomodo.

“Sirvan, y también traigan de una vez el jugo que les pedi. Dijo Sandra, llevándome a sentarme a su lado.

Sergio, con el rostro serio, llamó al mesero para ordenar la comida.

“Cami, has engordado un poco, tus manitas están más llenitas.” Sandra siempre observa los detalles.

Recientemente, de hecho, había ganado un poco de peso, todo gracias a Jorge. Supuestamente debería estar triste por la ruptura y perder peso. Pensando en eso, le sonreí a Sandra y dije: “Sí, he engordado. Estoy de buen humor, como bien y duermo bien.”

Con un sonido de tintineo, los utensilios de Sergio chocaron. Vi claramente cómo Sandra le echó un vistazo mientras continuaba diciendo: “Debe ser Jorge quien te cuida bien.”

Ese comentario fue realmente punzante.

En aquel momento hasta empezaba a sospechar si Sandra era mi verdadera madre. Entre su hijo y yo, al parecer estaba de mi lado.

Contuve una sonrisa, mientras Sandra continuaba: “¿Jorge tiene tiempo? Si está libre, que venga también, entre más personas, más alegre el ambiente.”

“Mamá!”

Antes de que pudiera responder, Sergio la llamó con firmeza: “El platillo que más te gusta aquí es el pescado asado, ¿todavía lo quieres?

“Sí.” Respondió Sandra sin dudarlo y dijo: “A Cami también le encanta.”

El ya pálido rostro de Zoé se volvió aún más blanco. Pero ese blanco estaba mezclado con un tinte de desdén, como si las palabras punzantes de Sandra la estuvieran hiriendo. Se veía bastante lamentable. Pero como

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dice el dicho, quien provoca lástima también tiene su lado detestable, y todo eso era resultado de sus propias acciones. Aunque ya había dejado atrás todo lo relacionado con Sergio y no tenía motivo para ir en contra de Zoé, no era algo que pudiera detener.

Me di cuenta de que Sandra realmente no le tenía cariño a Zoé, por eso sus comentarios siempre estaban llenos de sarcasmo e iban directos al grano. Sergio ordenó el pescado asado, interrumpiendo así la invitación de Sandra a Jorge. En realidad, sabía que Sandra no invitaba a Jorge de corazón, solo lo usaba para provocar a Sergio.

La comida llegó, y también trajeron dos vasos de jugo de naranja. En la mesa éramos cuatro, Sergio no bebía cosas dulces, pero ahí estaba también Zoé. ¡Qué incómodo!

Capitulo 260


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