EI Centímetro

Capítulo 255

Decidí ir, tal vez podría descubrir algo sobre el accidente de auto de mis padres a través de Sandra. Después de convencerme a mí misma, miré la hora, todavía faltaban tres horas para la cita con Sandra, así que me dirigí a la empresa.

“Buen día, directora Gámez.” Víctor me saludó con una sonrisa brillante, como si verme le diera vida.

“Buen día, señor Sierra.”

“Luces muy bien hoy, ¿estás enamorada?” Preguntó Víctor como si fuéramos íntimos.

La imagen de un momento dulce con Jorge cruzó mi mente y forcé una sonrisa diciendo: “Como dice el señor Sierra, el clima está agradable.”

No era de compartir mis asuntos personales con alguien con quien no tenía tanta confianza.

Se rio con ganas y yo seguí directo a mi oficina. Era lunes, día de reunión del departamento.

Durante la reunión, cada quien reportó sus resultados y uno llamado Jonathan Valdez me entregó un contrato diciendo: “Directora Gámez, he negociado con una nueva empresa de iluminación que necesita nuestra guía técnica, aquí están los detalles del contrato para su revisión.”

Le eché un vistazo preguntando: “¿Es recién fundada y tiene menos de un mes?”

“Sí, es muy nueva.” Jonathan parecía algo nervioso.

El riesgo de colaborar con una empresa tan nueva es de cinco a diez veces mayor que el de una con más de tres años, debido a los muchos factores inciertos.

Probablemente temiendo mi rechazo, Jonathan agregó: “Directora Gámez, no se preocupe, negocié el pago de sus honorarios; aceptaron pagar un cincuenta por ciento de anticipo y un veinticinco por ciento más a mitad de la colaboración, con el saldo a liquidarse al final.”

Me reí ligeramente y luego le dije: “Eso demuestra su sinceridad, parece que realmente desean colaborar.”

“Sí, sí, sí, sería vergonzoso rechazarlos.” Jonathan sonrió con su comentario.

Los demás también se rieron y empezaron a bromear: “¿Qué clase de sinceridad es esa, regalos o chicas guapas?”

“Nada de eso, respeto las reglas de nuestra empresa. Solo vi que realmente querían colaborar y venían por la fuerza y reputación de nuestra empresa.” Jonathan seguía convenciéndonos.

Le respondí: “Se nota su sinceridad.”

Aunque solo dije eso, los demás inmediatamente felicitaron a Jonathan diciéndole: “Mira tú, si cierras este trato, nos debes una comida.”

Jonathan, de manera astuta me pasó la responsabilidad: “Eso depende de si la directora Gámez nos da la oportunidad.”

Porque ese contrato necesitaba mi aprobación y luego la de Victor. Actualmente, la empresa no carecía de recursos de clientes, por lo que no nos deslumbramos fácilmente, probablemente esa fue la razón por la que Sergio fue rechazado directamente por el jefe cuando fue a colaborar. Pensando en el jefe, me entró la curiosidad sobre esa persona, pero actualmente no tenía ninguna pista sobre él.

Ante la expectativa de Jonathan, no di una respuesta inmediata, sino que dije: “Pásame la información de esta empresa, lo revisaré y luego decidiré.”

Jonathan hizo un gesto de OK y con eso concluyó la reunión de ese día. La compañía tenía un perfil sencillo, el jefe había trabajado como técnico en otra empresa durante algunos años y, según el número de accionistas, era una empresa fundada en la sociedad. Ese tipo de empresa tiene sus pros y sus contras: la ventaja era que no había que preocuparse por que un solo individuo pudiera afectar el desarrollo y operación general de la

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Capítulo 255

empresa; el inconveniente era que con muchas personas al mando, podía ser difícil para nosotros trabajar

con ellos.

Después de sopesarlo, pensé que la colaboración era viable, así que fui a buscar a Víctor. En ese momento Víctor era el jefe, y por lo que había visto de su desempeño anterior, la empresa no buscaba un desarrollo agresivo, sino estabilidad y calidad. La selección de clientes era de no aceptar menos de lo mejor.

La puerta de la oficina de Víctor estaba abierta y estaba hablando por teléfono. Estaba por retirarme y volver más tarde, pero me hizo señas para que entrara.

“…sí, lo que nos falta ahora es un jefe técnico, un técnico superior en iluminación… la paga no es problema, si está dispuesto a venir, incluso le cedería mi puesto… bien, bien, espero tus buenas noticias.”