¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia

Chapter Capítulo 40



Capitulo 40

Su plan era impecable, con Vania ayudandola a encubrirlo, en los Ultimos cinco afios, Asier no hab Lo inesperado fue que Elia, esa mujer, se acercé a Asier por iniciativa propia.

Ultimamente, Asier comenzé a dudar si aquella mujer de hace cinco afios realmente habia muerto. El sentimiento de crisis en el corazon de Maribel se hacia cada vez més fuerte.

Hubo vanas oportunidades para despedir a Elia, pero todas las perdi6.

Inmersa en sus pensamientos confusos, Maribel vio a Asier levantar la cabeza y mirarla, al encontra Se acerco y dijo dulcemente: “Sr. Griera, si no tiene nada mas que hacer, puede continuar con su tr Fue a la pequefia mesa y comenzo a recoger las tazas de café que ya habian sido usadas.

Asier no levanto la vista y respondié en voz baja: “Deja eso para la limpiadora. Tu periodo de tres « Maribel dejé de recoger las tazas abruptamente. Se volvi6 para mirar a Asier con un gesto de sumi manana”.

“Bien.” Asier respondi6 con una sola palabra sin levantar la cabeza.

Maribel continué recogiendo la pequefia mesa en silencio, robandole miradas a Asier de vez en cuar Este hombre no solo era guapo, su presencia era imponente, honorable, y llena de masculinidad. Probablemente tenfa que ver con su carrera militar anterior.

En términos de presencia, realmente no tenia comparacion.

Justo cuando

Maribel estaba distraida mirando a Asier, Bruno entré en la oficina y tocé la puerta. Se acercé al escr Puso los documentos sobre la mesa.

Asier eché un vistazo a los documentos y dijo en voz baja: “El viejo vendra a verlo, debes asegurarte “Entendido, Sr. Griera.” Bruno acept6 la orden.

Estaba a punto de irse.

La puerta de la oficina fue golpeada repentinamente, una voz femenina pregunté en voz baja: “Hola, nifios, vengo a compensar y pedir disculpas.”

La puerta de la oficina estaba abierta y la mujer estaba de pie en la entrada.

Bruno miré hacia la puerta y vio a una mujer con una falda de color beige, una cola de caballo, un pc cara grande y ojos redondos, de unos 1,60 metros de altura, se vefa muy linda.

¢Esta era la madre de los cuatro nifios, Jimena?

Curioseaba por toda la oficina, pareciendo sorprendida por el entorno de lujo.

Bruno mir6 a Asier y se dio cuenta de que no habia notado a la mujer y que segufa leyendo los docu Bruno pens: ya que ella ha venido, no podemos hacerla sentir incomoda, jverdad? Asi que dijo: “Si venga a recibirte?”

Jimena se sorprendio, volvié en si rdpidamente y asintié apresuradamente: “Oh, sf, claro.”

Entré con su bolso y se acercé al escritorio, al ver el rostro

de Asier y el aura fria que emanaba de él, se asust6 y no sabia qué decir.

Algunas personas, simplemente con estar sentadas ahi, pueden intimidar a los demas hasta el punto Maribel vio cémo ella miraba fijamente a Asier y se sinti6 muy disgustada, impaciente, dijo: “;No vin ser su padre. Fue un intento de protegernos de una estafa. Espero que no lo tomes a mal...".

Al oir sus palabras, Maribel se puso nerviosa de inmediato.

Estaba a punto de hablar, cuando Elia, quien acababa de limpiar la secretarfa, entré.

Jimena, al escuchar el ruido, se dio la vuelta y vio a Elia. Estaba tan nerviosa que se sinti¢ aliviada al: esta situacion incomoda. Dijo emocionada: “Elia, jt también estas aqui? Qué sorpresal”.

Elia. Cuando Asier escuch6 el nombre, alzé la mirada de sus documentos. Sus ojos profundos y osc: sombrios.


Tip: You can use left, right, A and D keyboard keys to browse between chapters.