¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia

Chapter Capítulo 1839



Capitulo 1839

Desde el otro lado lleg6 la voz impaciente de Orson: “Priscila, ¢ estas loca? ¢ Por qué llamas sin motivo?”

El estaba realmente harto de Priscila

Habia rechazado tantas llamadas de Priscilla, y ella seguia llamando sin descansol

iEstaba exasperadol

Por un breve momento, Priscila se sorprendi6 de que Orson hubiera contestado la llamada

Pero rapidamente recuper6 la cordura y fue directo al grano: “Jimena ha roto la cabeza de Jason, jesa mujer es tan malvada que no dudoé en lastimar a un nifio! Orson, si ti no vienes a resolver esto, voy a llamar a la policia ahora mismo y la acusaré de agresion intencional”

Jimena, que estaba al lado, no podia creer lo que escuchaba. Priscila de verdad le dijo eso a Orson!

Distorsionando los hechos, exagerando la situacion. Ella era la toxica. Alpir el nombre de Jimena, toda la irritacion de Orson se disipé en un instante y recuperd la calma. Con voz grave, dijo: “;,Dénde estan? iVoy para alla ahora mismo!“g2

Priscila sonri6 friamente en su interior, como era de esperarse, solo apareceria por Jimena.

Aunque ella ya habia enviado a Orson los resultados de la prueba de paternidad, probando con hechos que Jason era su hijo, Orson aun se negaba a aceptarla, incluso la evitaba.

No queria ni verla.

Ahora que escucho que Jimena estaba alli, inmediatamente dijo que vendria.

Priscila por supuesto sentia tristeza, pero en ese momento estaba alin mas indignada y furiosa.

En cuanto a apariencia, linaje o educacion, ¢en qué era inferior a Jimena? Sin embargo, frente a Orson, habia perdido por completo. Priscila no estaba dispuesta a darse por vencida tan facilmente.

Dijo la direccion y colgé el teléfono con decision, porque estaba segura que Orson vendria

Cuando Orson llegé apresuradamente, encontr6 a Jimena y Priscila en un rincén tranquilo del centro comercial al atravesar la multitud.

Las dos estaban sentadas en un banco de descanso, Jimena se mantenia erguida, siempre atenta al nifio en el regazo de Priscila.

El pequefio de dos afios, sentado en las piernas de Priscila, ya habia dejado de llorar, pero su pequefio rostro todavia mostraba rastros de lagrimas

secas.

Con sus ojos llorosos, miraba timidamente a Jimena frente a él, aferrandose fuertemente a la ropa de Priscila, como si temiera ser abandonado, mostrando una absoluta falta de seguridad

Aunque Priscila sostenia al nifio, tenia la cabeza girada hacia otro lado, como si despreciara incluso mirar a Jimena.

Al ver esta escena, Orson se acerco rapidamente y lo primero que dijo con preocupacion fue: “Jimena, ¢ estas bien? ¢No te pasé nada?” Habia corrido para llegar y se habia quedado sin aliento.

Al escucharlo, Jimena se levantd, dispuesta a dar un paso hacia él, pero recordando su incomoda relacion.

Dar un paso no le parecia adecuado y retroceder seria ser demasiado intencional, asi que se quedo6 donde estaba y le dijo: “El nifio tiene un gran chichén en la frente, le dije que fueramos al hospital a revisarlo, pero Priscila se neg6.”

“Claramente lo hiciste a proposito!” Priscila se levanté emocionada.


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