¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia

Chapter Capítulo 1828



Capitulo 1828

Floria se quedo inmavil, sin saber como continuar la conversacion con Asier.

Viendo el ambiente tenso, Elia intervino rapidamente: “Claro que es necesario hacer el intento. Quién sabe, tal vez haya un milagro. Tenemos que confiar en la perseverancia del médico.”

Mientras hablaba, Elia se agach6 junto a Asier e intentando animarle con una sonrisa en su rostro,

Floria forz6 una sonrisa, y justo en ese momento, Fabio se acercé con una taza de café y la colocé en la mesa de centro, diciendo cortésmente: “Srta. Floria, por favor, disfruta del café.”

La llegada de Fabio alivié la incomodidad de Floria. Ella rapidamente tomé una taza de café y dijo con prisa: “Gracias.”

Luego, comenz6 a beber, usando el borde de la taza para ocultar su rostro y su mirada hacia Asier, escondiendo su desconcierto.

Asier desvi6 su mirada, haciendo contacto visual con Elia, quien tenia una sonrisa en su rostro y sus ojos se curvaban en forma de luna, mirandolo con dulzura.

Esa expresion suave como el agua podria derretir los glaciares en el corazon de uno.

Asier respiré profundamente para calmar su irritacion interna y dijo: “Entonces seguimos el plan del médico.'g2

Al escuchar esto, Floria casi se atraganta con el café. ;Cémo podia ser que Asier, que claramente se habial mostrado reacio a recibir el tratamiento, cambiara de actitud en cuestion de segundos?

iEl efecto de Elia era increible!

El Asier que Floria conocia siempre habia sido firme y meticuloso, sus palabras eran 6rdenes, y nadie se atrevia a desobedecerlo.

Nunca habia visto a Asier tan amable y dispuesto a dialogar.

iPero una sola frase de Elia habia cambiado el tono molesto de Asier! No hay duda, ni siquiera las personas mas poderosas pueden escapar de la maldicion del amor.

Floria, sin haber tenido tiempo de tragar el café, apresuradamente puso la taza sobre la mesa y se prepar6 para hablar. Al intentar hablar, se dio cuenta de que no podia con el café en la boca, asi que rapidamente trago el liquido y luego dijo a Asier: “Comandante... Sr. Griera, ¢ seria posible tomarle el pulso ahora?”

Elia mir6 sorprendida a Floria: “¢ No seria mejor hacer la consulta después de comer?”

“No, mejor no me quedo a comer aqui. Prometi regresar con el Dr. Diaz en un par de horas, todavia tengo que preparar medicinas, dijo Floria con una sonrisa ingenua.

No era muy buena rechazando a la gente, especialmente con Asier presente, se sentia ain mas incémoda. Al ver a Floria tan nerviosa y apurada, Elia no quiso forzarla a quedarse.

Después de todo, si la obligaban a quedarse a comer, estaria incomoda, y eso no seria agradable.

“Esta bien, dijo Elia, y luego buscé la aprobacion de Asier preguntandole, “¢ Esta bien si tomamos el pulso ahora para revisar como esta su salud?”

Asier, con sus profundos ojos llenos de ternura, la mir6 y dijo con una voz baja y magnética, que ya no parecia la de aquel hombre arrogante y distante, sino mas bien como un hombre comun de casa: “Como ta digas.”

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Capitulo 1828

Elia sonri6 dulcemente y dijo: “Bien, entonces tomemos el pulso ahora.”

Floria observaba la interaccion entre Elia y Asier, pensando para si misma lo increiblemente dulce que era, tan dulce que podia casi saborear las flores.

El Asier que habia visto hoy en Villa Serenidad era totalmente diferente al que ella habia conocido antes.

Pensaba que el comandante siempre era serio, distante y poco accesible.

Quién hubiera imaginado que también podia ser tan tierno, jy ella lo habia visto con sus propios ojos!

Si esta imagen de Asier llegara a los oidos de sus soldados, seguro no lo creerian.

Pero ahi estaba, una realidad palpable.

Floria estaba asombrada.

Mientras Elia empujaba la silla de Asier hacia ella, Floria todavia no reaccionaba.

Solo cuando Elia dijo, “Floria, ya puedes tomar el pulso,” que Floria volvié en si y se prepar6 para proceder.

Capitulo 1829


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