Chapter Capítulo 49
Capitulo 48: ;El Izan que Esta Enamorado de TI? Valentina sintié un vuelco en
el corazdn, pensando que este sefior Valenzuela, tan refinado en publico, podria
ser un casanova en privado. Pero al observar sus ojos llenos de sinceridad y su
tono serlo, desechd rapidamente su julclo inicial y su curiosidad crecié. -¢ Ella?
¢ Tu... exnovia? Primer amor? Alonso, notando la curiosidad en sus ojos, no
pudo evitar sonreir. -No, es mi hermana. -Ah, solo tu hermana... -Valentina solté
una risa forzada, decepcionada por la falta de chisme. Aitana, observando desde
cierta distancia, habla rechazado la oferta de Noah de llevarla a casa y fingio
tomar un taxi. Pero minutos después, regresé, esperando ver salir a Valentina y
a su grupo. Al ver a Valentina y al sefior Valenzuela conversando animadamente,
la envidia en los ojos de Aitana se encendié como fuego. Estaba convencida de
que Valentina estaba usando su influencia con el sefior Valenzuela para avanzar
en el concurso de joyeria. -Maldicién... Murmuro Aitana, mordiéndose los labios
con rabia. Saco su teléfono y tomé una foto de los dos riendo juntos,
maquinando un plan malicioso en su mente. Después de despedirse de
Valentina y verla subir al coche de Izan, el chofer de Alonso llegé con el
vehiculo. Alonso subi6 al auto, y su asistente le presenté una pila de
documentos. -Sefior, aqui estan los proyectos para las semifinales del concurso
de joyeria. ¢ Le gustaria revisarlos personalmente? Alonso tomd los documentos
y los hojed, deteniéndose en un disefio que captd su atencion. Miré el nombre
del disefiador: Valentina Lancaster... Era ella! Ya en la ronda preliminar, el
disefio de un broche de Valentina le habia fascinado. Habia visto a muchos
disefiadores talentosos, pero ninguno cuyos disefios fueran tan impresionantes
como los de Valentina. -Vigila a esta concursante llamada Valentina Lancaster.
Asegurate de que llegue a la final. Ademas, en los proximos dias, iré a San
Miguel de Allende. La hija que mi abuelo busca estuvo alli en algiin momento.
Valentina llegd a la Villa de Los Pinares cerca de las once de la noche. Por
alguna razon, durante el camino, sentia que habla olvidado algo importante, pero
no lograba recordar qué era. No fue hasta que entré en casa y vio a Santiago
sentado en la mesa de la cocina cuando se dio cuenta: jHabia olvidado cancelar
su cena con él! La mirada de Santiago estaba fija en ella, casi como si quisiera
devorarla. Valentina, sintiéndose culpable, intenté romper el hielo con torpeza. -
Eh... jeje, ;has comido? -; Qué crees?-la voz de Santiago era fria como el hielo.
Valentina tragé saliva nerviosamente y miré hacia la puerta de su habitacion. -
Eh... jeje, no has comido? ;Como puedes saltarte la cena? ; Qué pasaria si te
mueres de hambre? Bueno... estoy un poco cansada, eh... ti espera un poco...
Al ver que el rostro de Santiago se tornaba atin mas serio, decidié que era mejor
esconderse. Solo habia unos treinta pasos hasta su habitacion; si corria rapido,
podria llegar. Pero apenas habia dado unos pasos cuando una mano grande se
aferr6 a la tela de su ropa por la espalda, con tanta fuerza que parecia querer
levantarla del suelo. -jAh... suelta, suelta...! Valentina sentia miedo en su
interior. Santiago, que habia esperado durante horas, tenia su ira acumulada en
su punto maximo. -; Asi que primero me dejas esperando? ;Y qué paso con tus
habilidades culinarias? La idea de que ella intentara esconderse solo
incrementaba su enojo. Valentina, nerviosa, balbuceo. -Ja... jaja, lo olvidé, fue
un descuido, lo siento, lo siento. Sera diferente la proxima vez... jlo prometo! -
¢ Crees que habra una préxima vez? -fruncié el cefio Santiago. -;Dénde
estabas? -pregunté, mirdndola friamente. -Jeje, me encontré con un amigo. -
;Quién? -Izan...-respondié Valentina sin ocultar nada, aunque no mencioné a
Alonso. Santiago entrecerro los ojos. -; El Izan que esta enamorado de ti?-su
tono se volvié algo celoso-. ;Fueron a una cita? -jNo es una cita! jlzan y yo solo
somos amigos! -enfatizé Valentina con vehemencia, tratando de aclarar la
situacion. Este apresurado intento de Valentina por desvincularse de Izan
parecié calmar un poco a Santiago. Sin embargo, seguia sujetando la ropa de
Valentina, sin mostrar intenciones de soltarla. De repente, un extrafio sonido
interrumpio el aire tenso. Valentina se giré hacia la fuente del sonido, viendo el
estémago de su esposo. -jTengo hambre! -dijo Santiago en voz baja, con un
tono de pena y un toque de queja.