Cariño eres multimillonario

Chapter Capítulo 28



Capitulo 28 El es mi esposo

En la habitacion, después de los momentos apasionantes, Santiago se visti y
se par frente a la ventana. Estaba de muy buen humor.

Saco su teléfono movil y le envié un mensaje a Thiago para que preparara un
conjunto de ropa de sefiora y que lo llevara de vuelta al hotel.

Luego, se dio la vuelta y se apoy6 en la ventana, fijando la mirada en la chica
que estaba tumbada en la cama. Una sonrisa suave se dibujo en las comisuras
de sus

labios.

La mirada ardiente de Santiago hizo que las mejillas de Valentina se
enrojecieran de inmediato.

Ella le devolvié una mirada con enojo. De repente se dio cuenta de un problema:
ella fue quien tomd la iniciativa la noche anterior, por lo que era razonable que
tuviera que pagarle. Sin embargo, en el proceso que acababa de terminar, jél fue
quien tom la iniciativa de control y ella fue la que se vio obligada! Por lo tanto,
no iba a admitir esa cuenta. jNo iba a pagar ni un peso por algo que no deberia!
Ella carrasped un poco, dispuesta a regatear los “gastos de servicio” con
Santiago. Sin embargo, antes de que pudiera decir algo, la puerta se abrié
bruscamente.

-iValentina! -exclamé Izan, entrando corriendo y visiblemente preocupado.

Al ver a Valentina, quien se senté en la cama, con solo los brazos y la cabeza
fuera de la manta, entendi6 de inmediato lo que habia sucedido la noche
anterior.

Estaba tan furioso que golpeé con fuerza al hombre que se encontraba frente a
la ventana, creyendo que era la persona que habia “lastimado” a Valentina.
Santiago no se esperaba eso y recibié el pufietazo fuerte en la cara. Al instante,
la comisura de su boca broté un poco de sangre.

Al verlo, ambos Valentina y el gerente se quedaron estupefactos...

Con los ojos rojos, Izan estaba dispuesto a darle otro pufietazo, pero esta vez
Santiago estaba preparado y rapidamente agarré su mufieca.

En los profundos ojos de Santiago se percibié un brillo penetrante y peligroso.
Cuando Valentina volvié en si, se levanté rapidamente de la cama, teniéndose
envuelta en la manta, y agarro el brazo de Santiago, exclamando:

iSuéltalo, suéltalo! jRapido!

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El gerente del hotel también reconocié a Santiago. Se sintié como si el mundo se
le viniera encima. Recordaba que este distinguido cliente estaba alojado en la
suite presidencial del piso arriba, ¢por qué ahora estaba aqui?

Asustado y temiendo causar mas problemas, el gerente se acercé e intentd
apartar a lzan, diciendo:

-Sefior Ramos, debe ser un malentendido... El es el...

Antes de que pudiera pronunciar las palabras “Don Mendoza”, Santiago le dirigid
una mirada fria que lo asusté mucho.

Valentina supuso que Izan se enterd de que ella estaba en peligro, por lo que
vino a ayudarla. Ya que el peligro ya habia pasado, le explicé de inmediato:
—Izan, hubo un malentendido porque... él es mi... esposo...

Cuando ella pronuncié la palabra “esposo”, sintid un poco de desconfianza...
Pero esta noticia fue como una bomba para Izan, quien ya se quedo sin
palabras...

Izan frunci6 el cefio y la mir, sin querer creerlo. El gerente del hotel también la
miré, luego a Santiago, mostrando una expresion de incredulidad.

Valentina sintié un poco de verglienza y afiadié con una sonrisa poco natural:
-Ja...ja... Es verdad que él es mi esposo, jlegalmente!

Izan sintié6 como si un rayo le cayera encima y dio un paso tembloroso hacia
atrés. Santiago le lanzé una mirada fria porque lo reconocié de inmediato. {Era
el hombre que habia estado con Valentina frente al Edificio Mendoza! A través
del instinto de un hombre, podia detectar que a Izan le gustaba Valentina.

El entrecerro ligeramente los ojos. Estaba satisfecho con la palabra “esposo”
que Valentina habia usado, pero eso no era suficiente. Extendié la mano y roded
posesivamente la cintura de Valentina, presionando naturalmente la manta que
cubria su cuerpo para evitar que estos hombres vieran el hermoso pecho de la
chica. Interrogé al gerente con un tono opresivo sin siquiera mirar a Izan:

-¢Y esa es la actitud de servicio de su hotel? ;Permiten que cualquier persona
entre y salga de las habitaciones de los huéspedes casualmente?

El gerente sintié un escalofrio recorriendo por todo su cuerpo y se disculpd
apresuradamente:

-Lo siento, sefior... Mendoza. Fue nuestra negligencia en el trabajo. Le garantizo
que eso no volvera a suceder...

-iSalgan de aqui! -ordené Santiago friamente.

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El gerente se sobresaltd, mientras que las gotas de sudor resbalaban por su
frente.

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-jAhora mismo! Mi esposa... esta

todavia cansada después de las
actividades de anoche-agregd

Santiago, usando unas palabras con
insinuaciones... The content is on
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El gerente se dio cuenta de que, en la mesa, habia algunos latigos y cosas
similares, por lo que entendié de inmediato. Dijo:

-Si, si. Disculpen las molestias. Espero que tengan un buen descanso...

Dicho esto, agarré la mufieca de Izan para que saliera junto con él.

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Dentro de la habitacion, la cabeza de
Valentina asomaba por debajo de la
manta. Al recordar la mirada que Izan

le habia lanzado cuando salio, se

sintié un poco culpable... Explico: The
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-Izan solo estaba preocupado por mi seguridad...

Al escuchar esto, Santiago fruncié el cefio y mostré su descontento
directamente, al tiempo que emitia un gemido de dolor.

Valentina noté de inmediato la sangre en la comisura de su boca, y dijo
preocupada:

-Ah... Estas sangrando! Rapido, ven aqui, te ayudo a limpiar la sangre.

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Fue al bafio y saco un hisopo de

algodon, luego se senté en la cama

para limpiar la sangre de la comisura

de su boca. De repente, parecio darse
cuenta de algo y hablo casualmente:

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-Qué casualidad... TG también tienes el apellido Mendoza...

Al principio, Santiago todavia estaba disfrutando la preocupacion de Valentina. .
Pero al escuchar eso, su cuerpo se tensé bruscamente.


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